Dom
13
Feb
2011

Homilía VI Domingo del tiempo ordinario

Año litúrgico 2010 - 2011 - (Ciclo A)

No he venido a abolir la Ley y los profetas, sino a darle plenitud

Pautas para la homilía de hoy

Reflexión del Evangelio de hoy

El “sermón de la montaña” es ese discurso que Mateo pone en boca de Jesús para comunicarnos de una vez todo su proyecto de vida y el de sus seguidores. El Evangelio de hoy nos quiere enseñar que dicho programa viene a ser como el culmen de la “sabiduría” de la que nos hablan la primera y segunda lectura de este domingo. El Antiguo Testamento pedía de parte de Yahvé unos “mínimos” para la convivencia expresados en el “decálogo”. El Nuevo Testamento nos presenta unos valores para hacer otro mundo posible expresado en las ocho “bienaventuranzas” o “felicidades” y luego un amplio comentario de éstas, entre el que se encuentra el largo evangelio de hoy. Podríamos llamar a esos valores “máximos”, por decir algo, pues no tienen medida. Valores que nadie nos tiene que imponer desde fuera con leyes sino que brotan del Espíritu de Dios que habita en nuestros corazones y nos ayuda a dar sentido a nuestra vida.

Valdría la pena detenerse en este punto de diferenciar la moral infantil del “cumplimiento de leyes” de la “moral de la persecución de valores” que dan felicidad como los encerrados en las bienaventuranzas. Nos hemos “vaciado” de leyes pero no las hemos sustituido por valores que den sentido a nuestra vida. Y así nos apuntamos a las miles de ofertas de felicidades efímeras que nos ofrece la sociedad consumista y olvidamos otra felicidad más auténtica y capaz de saciarnos. Este punto va muy en consonancia con la primera lectura de hoy que nos habla de que “sabiduría” es saber elegir “vida” y no “muerte”, ” felicidad” y no “vacío existencial”.

Después de dejar sentado este principio de “plenitud” en Jesús de la Ley y los Profetas, el evangelio del domingo desciende a situaciones concretas de la vida de cada día. Así, desde esta luz interior uno no va a matar. Su amor interno le llevará a dar vida en todo momento y no a quitarla. Su amor interno le llevará al diálogo y a la reconciliación. Su amor interno le llevara a la cordialidad y a la simpatía. Su amor interno le llevará a una no- violencia-activa capaz de hacer acciones de crítica constructiva que respeten la dignidad de las personas. Su amor interno le llevará a no orar a Dios sin haberle encontrado antes en el amor al hermano. Su amor interno le llevará a la solidaridad y a luchar por la implantación de los Derechos Humanos.

A continuación el evangelio abordará las relaciones de género desde la óptica del varón. Tanto de pensamiento, como de palabra y obra, las relaciones de género estarán traspasadas por la igualdad de derechos y por el amor que da vida y es respetuoso con la persona. Jesús ha sido un pionero en su sociedad en el trato con la mujer y desea que sus discípulos sigan sus pasos. Con el sermón de la montaña la sociedad machista, la violencia contra la mujer y la desigualdad de género quedan abolidas. ¡Qué importante es este evangelio para mejorar las relaciones dentro de la Iglesia y de la sociedad!

Finalmente se aborda en el evangelio de este domingo la cuestión de la autenticidad, sinceridad, coherencia y verdad de la propia vida. Una nueva sociedad no puede construirse sin superar la corrupción, el lucro, el ansia de tener y de poder. Unas relaciones transparentes, igualitarias, honradas y sin mentira son el caldo de cultivo de un mundo nuevo y feliz, del imperio de Dios. Dios está actuando a través de su Espíritu en el corazón de las personas; solo tenemos que abrirnos y dejarnos llenar de su sabiduría como Jesús.

Gandhi, cuya memoria acabamos de celebrar, decía: “A medida que aumentaba mi contacto con los verdaderos cristianos, es decir con los hombres que vivían para Dios, vi que este sermón (de la montaña) era todo el cristianismo, para aquel que quiere vivir una vida cristiana. El Sermón de la Montaña es lo que me ha hecho amar a Jesús”. Y también nos hacía caer en la cuenta Gandhi de lo mucho que queda por hacer para que se cumpla: “Leyendo toda la historia de la humanidad bajo esta verdad, me parece que el cristianismo está aún por realizarse”.¿Seremos capaces de conseguirlo?