
Abr
Homilía Domingo de Ramos
Año litúrgico 2024 - 2025 - (Ciclo C)
“ Perdónales porque no saben lo que hacen ”
Introducción
Con la entrada de Jesús en Jerusalén damos comienzo a la Semana Santa. Con alegría y cantos; con palmas y ramas de olivo en nuestras manos evocaremos el momento en el que Jesús entra sobre un borrico en «la ciudad de la paz». Ciudad que es el marco físico donde se desencadenan los acontecimientos de su pasión y muerte, tal y como escucharemos en este día en el relato de la Pasión según san Lucas, y como iremos contemplando a lo largo de toda esta Semana Mayor. Por ello, dado que el evangelio de hoy es la Pasión, sería conveniente proclamar al comienzo de la celebración -como nos indica la liturgia de este día- el relato donde Lucas nos narra esta escena, es decir, el momento de la entrada triunfal en Jerusalén (Lc 19, 29-40). Si nos adentramos en el texto veremos que el evangelista no nos muestra un Mesías envuelto en boato, triunfante y poderoso que llega con autoridad a la presencia de sus súbditos. Más bien, es todo lo contrario. Y el borrico es señal bien clara de esto que intentamos decir, en tanto que muestra una imagen humilde y sencilla. Y es que de haber optado por un caballo, por poner un ejemplo, podría trasmitir ánimo de guerra cual emperador hambriento de conquista y poder de sumisión. Pero Jesús no busca promover guerreros ni imponer impuestos. Como tampoco pretende ser temible y terrible. Jesús de Nazaret, por puro amor, atraviesa una de las puertas de acceso a la Ciudad Santa para que se pueda percibir una nueva imagen de Dios que, con la grandeza y esplendor de su humildad, quiere acercarse al ser humano. Así pues, sublime pórtico de celebración, para vivir y sentir toda esta intensa semana, el de este Domingo de Ramos. Porque desde la humildad se nos va a mostrar la fuerza que posee el amor de Aquel que murió en una cruz, para que la esperanza y la alegría no desaparezcan de la faz de la tierra.