Abr
Homilía Jueves Santo
Año litúrgico 2013 - 2014 - (Ciclo A)
“ Y si yo os he lavado los pies... haced vosotros lo mismo ”
Pautas para la homilía de hoy
Reflexión del Evangelio de hoy
Cena de despedida
Estamos celebrando “la cena del Señor”. No era una cena cualquiera. Era la noche de la cena de Pascua, el momento de recordar ritualmente la noche de la liberación. Y por eso esta todo estructurado. Lo hemos escuchado en la primera lectura.
Jesús lo sabía. La había celebrado otras treinta y tantas veces. Pero aquella cena era especial; era la cena de despedida de sus amigos. Y por eso, no escatimó romper moldes y dejar grabadas ciertas imágenes en el corazón de los que le acompañaban. Y debía hacerlo, para que aquella cena tuviera toda fuerza que merecía: en adelante cuando aquellos discípulos celebrasen la cena de la liberación deberían evocar la nueva liberación, la que iba a dejarles EL. Nos lo ha recordado la segunda lectura.
Signo de servicio
Y por eso interrumpió Jesús la cena para dejarles impactados con la imagen del Maestro haciendo la labor de esclavo: lavar los pies de los comensales. Uno a uno. Con esmero. Sin dejarse a nadie. Al amado y al traidor. Al impetuoso, al falto de fe, a los preocupados por querer ser más que los otros, a los inteligentes y a los torpes. Sin distinción. “Y si yo el Maestro y el Señor, os he lavado los pies... haced vosotros lo mismo”. También nos lo ha recordado el Evangelio.
Todo un signo para romper esquemas y poner en el centro lo que es fundamental: nuestro Dios no quiere otro sacrificio, otra ofrenda, ni otro rito que el del Amor. Con todas sus consecuencias
Nuestro Jueves Santo tiene que estar marcado por el Amor; no puede ser una mera representación casi teatral de un Jesús que encarna el sacerdote y de unos discípulos encarnados por unos fieles de la comunidad....¡Qué poco le hubiera gustado a Jesús que nos quedemos en ese gesto a veces demasiado vacío de contenido!
Para unir en el Amor
A El quizás le gustaría mas ver una comunidad unida por el amor y la unión de quienes se saben hijos de Dios y con la misma dignidad. Que seamos capaces de lavarnos los pies los unos a los otros (comprendernos, ayudarnos, animarnos) y que estemos al servicio los unos de los otros. Los sacerdotes que sean los servidores del pueblo, pero también que los fieles , el pueblo, tengáis un poco mas de cariño y comprensión con vuestros sacerdotes. Sabed disculparnos nuestros defectos y debilidades. Que los tenemos y ¡muchos! Tal vez por algunos de ellos os debamos pedir perdón. Y os lo pedimos en este día de amor fraterno. Pero alguna vez darnos una palabra de ánimo y de aliento. Os lo agradecemos....
Celebramos para hacer presente
Hoy iniciamos un triduo. Una celebración que dura tres días y en la que decimos que “morimos al hombre viejo y renacemos como hombres nuevos”
Hoy el Maestro y Señor nos enseña a amar desde actitudes bien concretas:
- el servicio, que consiste en ponerse a los pies del otro sin exigir ninguna recompensa. Hacer lo que nadie quiere hacer.
- El ser capaces de amar como El amó a todos: a Juan, a Pedro y a … Judas
Hoy Jesús nos deja varios regalos para recordarle y revivir la experiencia de aquella Cena. Pan, vino..., insignificantes; pero que para nosotros se convierten en sagrados. No sólo es un mero recordar, sino que revivimos aquella experiencia. La hacemos presente. Así de sagrado es para nosotros ese pan tras el que vemos el Cuerpo que se entrega, ese vino tras el que hay tanto amor como para derramar hasta la última gota de su Sangre. Tan sagrado como es poder hoy reencontrarle en la figura de quienes hacen esto en su Memoria.
Demos gracias por tanto amor..., pero no caigamos en la tentación fácil de celebrar sólo un bonito rito; eso sería traicionar a quien ha querido que detrás de todo gesto, por encima de cualquier otra cosa, pongamos AMOR.