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Homilía I Domingo de Cuaresma
Año litúrgico 2017 - 2018 - (Ciclo B)
“ Convertíos y creed en el Evangelio ”
Introducción
El objetivo primordial de la Cuaresma es preparar a los fieles para celebrar la Pascua, la fiesta cristiana por excelencia, con el corazón purificado para poder revivir ese misterio y hacer fecunda su fuerza salvadora. La liturgia cuaresmal está muy influenciada por la disciplina del catecumenado y por el ritual de la penitencia. En el siglo III se estableció en Roma la práctica de conferir el bautismo una vez al año en la vigilia pascual; y en el siglo IV se fijó el ritual de la penitencia canónica, según el cual los penitentes eran reconciliados en la mañana del Jueves Santo. La liturgia se adaptó a estos dos hechos que influyeron claramente en la elección de las lecturas y en la formulación de las oraciones. La Cuaresma antigua se caracterizaba por una liturgia que reunía cada día o casi cada día a toda la comunidad cristiana, consciente de su solidaridad en la obra de la renovación espiritual que se quería realizar. Tenía, por tanto, un fuerte carácter comunitario. Estaba concebida como «el verdadero retiro anual de toda la familia cristiana». Este mismo espíritu pervive aún hoy en nuestra liturgia.