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Homilía IV Domingo de Cuaresma
Año litúrgico 2011 - 2012 - (Ciclo B)
“ Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. ”
Evangelio para niños
Diálogo con Nicodemo - Juan 3, 14-21
En aquel tiempo dijo Jesús a Nicodemo: - Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del Hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único, para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él, no será condenado; el que no cree, ya está condenado, porque no ha creído en el Hijo único de Dios. Esta es la causa de la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eeran malas. Pues todo el que obra perversamente detesta la luz, y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que realiza la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios.
Explicación
Cuando somos egoístas, violentos y aprovechados llenamos de oscuridad y dolor la vida de los demás y la nuestra. No tenemos nada que ver con Jesús que lleno de bondad, de generosidad y solidario con todos, llenaba de luz sus vidas. Jesús choca con la oscuridad. Y nosotros ¿cuándo somos luz? ¿cuándo somos de Jesús?
Dibujo realizado por: Fr. Félix Hernández Mariano ( descargar la imagen )
Elaborado por: Fr. Emilio Díez Ordóñez y Fr. Javier Espinosa Fernández