Dom
19
Ene
2014

Homilía II Domingo del tiempo ordinario

Año litúrgico 2013 - 2014 - (Ciclo A)

Te hago luz de las naciones

Pautas para la homilía de hoy

Reflexión del Evangelio de hoy

  • Ser más. Ser luz.

“Es poco que seas mi siervo y restablezcas las tribus de Jacob y conviertas a los supervivientes de Israel; te hago luz de las naciones.” Es poco que seas mi siervo… dice directo y claro el lenguaje del texto de Isaías. Es algo así como si se nos preguntara ¿qué raquítica idea tenéis de lo que significa seguirme o trabajar por mi proyecto?... ¿creéis que se trata solo de poner un poco de orden en lo que llamáis vuestra Iglesia, en las comunidades a las que pertenecéis, en las catequesis que impartís, en lo que habláis y escribís, en las rutinas familiares o cristianos circuitos? ¿Pensáis de verdad que se trata de convertir a los “alejados/as”, de ganar adeptos, de crear afición, de ser Iglesia relevante socialmente y políticamente, de tener buena prensa…? ¿Estáis seguros de que luchar por hacer presente el Reino es hacerse siervos que luchan por preservar los contornos y nociones eclesiales?... Es posible, no lo sabemos, sin embargo, en nuestra comunidad de nos da la impresión que el texto tiene vocación más extensa.

Querer seguir a Jesús, creer en el Reino, en la Esperanza, no dejarse apabullar -asunto este cada vez más difícil con la realidad socio-económico-política que nos toca vivir-, luchar por neutralizar la opresión silenciosa que sufre la gente, por desenmascarar la mentira, la estafa, el retroceso, y tratar de abrir paso, aunque sea a empujones, a la justicia, a la verdad, a la convicción de que es posible el cambio, liberar a la alegría, al destristeo,..., en definitiva: empeñarse en “ser luz de las naciones” (y el término va en plural, no luz de una sola, de la nuestra, sino de todas) parece una dimensión más acorde con la idea de ser verdaderos seres cristianos que subyace en el texto de Isaías.

Bien podría tratarse de convertirse en personas que más bien se toman en serio la libertad y sinceridad, que comprenden que la oportunidad de seguir a Jesús es más que una actitud de un servicio comunitario (que también lo es claro, pero no solo), que es algo así como una manera nueva ser hombre y mujer, de ser creación y sociedad. Es una opción integral e integradora, de actuación local, pero de proyección mundial. Es una inmensa tarea que trasciende incluso los límites de nuestra propia religión y que entiende que ese “ser luz” es trabajar por hacer de este mundo un lugar más justo y solidario, menos violento y destructor, más libre y fraterno. Más humano. Más divino, pero no “de la muerte”, sino de la vida. Una tarea que es siempre más y no menos. Una forma de ser que habita permanentemente en diálogo colectivo huyendo de los raquíticos apartados, por bien intencionados que sean. Es formar parte de un colectivo de personas que no hacen distinción, que no instauran clasificaciones, que no jerarquizan, que no priorizan… bueno, o que priorizan, pero lo hacen al revés; empezando por abajo. Es apuntarse a una marea de seres que se consideran entre iguales, no entre elegidos. Una generación de seres humanos abiertos y flexibles, que no están permanentemente a la defensiva.

Despegados del poder, del tipo que sea, no solo el económico. Naturales, alegres, presentes, responsables. Verdaderos. Auténticos.

Podemos ser cristianos y cristianas que, como Juan, según nos cuenta el evangelio, han comprendido su misión y su sentido. Podemos mirar a la vida con esa paz de conocer nuestra esencia, con la Paz de Cristo a la que hacía mención Pablo en la solemne carta a Corintios. La paz que no imprime pasividad y somnolencia de letanía. Si no la paz que es fuente de sabiduría, de fuerza y de determinación. Inteligencia cristiano/humana que genera posicionamiento que no es ni impulsivo ni postizo. Distinto del que nace del oportunismo y la necesidad de reconocimiento. Podemos ser personas cuya actitud sea fruto del mirar y evaluar con sinceridad lo que ocurre, lo que le pasa a la gente. Podemos adherirnos al objetivo de despertar, de levantar, de despegar, de poner en camino; de libertar.

Hermanas y hermanos en el camino, os compartimos que en nuestra comunidad de El Levantazo, ánimo no nos falta, pero somos muy conscientes de toda la tarea que queda por hacer. Aún así, sabemos que no estamos solos, gracias por vuestra presencia y por vuestro ejemplo. Buen comienzo año y recordemos la gran propuesta de Jesús: Ser más. Ser luz.