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Homilía VII Domingo del tiempo ordinario
Año litúrgico 2011 - 2012 - (Ciclo B)
“ Mirad que realizo algo nuevo, no penséis en lo antiguo. ”
Introducción
La liturgia de este domingo, VII del tiempo ordinario está centrada en el perdón de los pecados y la liberación integral del hombre, alma y cuerpo. Es la novedad que realiza el Señor y anuncia Isaias en la primera lectura: ¿No lo notáis?, mirad que realizo algo nuevo, no penséis en lo antiguo. Isaías nos presenta un Dios que es Padre y por eso nos ama y perdona las infidelidades de su pueblo… Yo, yo era quien por mi cuenta borraba tus crímenes y no me acordaba de tus pecados.
Esta Novedad se hace evidente para nosotros en Jesús de Nazaret. Marcos lo expresa muy vivamente en estos primeros capítulos de su evangelio. Jesús anunciaba el Reino de Dios, que ya ha comenzado, la buena nueva. Los signos de este Reino se hacen presentes en sus milagros que buscan la liberación de la persona, porque Él no pasa indiferente ante el dolor o el sufrimiento humano. Es una liberación porque no solo cura las dolencias físicas, sino aquellas otras más profundas. El relato del paralítico que hoy comentamos, expresa muy bien esa preocupación por la salud integral, física, psicológica y espiritual del hombre.
Esta es la novedad del amor del Padre, presente en Jesús, que sale al encuentro del ser humano para sacarle de su postración.