Feb
Homilía VII Domingo del tiempo ordinario
Año litúrgico 2011 - 2012 - (Ciclo B)
“ Mirad que realizo algo nuevo, no penséis en lo antiguo. ”
Evangelio para niños
Curación del paralítico - Marcos 2, 1-12
Cuando a los pocos días volvió Jesús a Cafarnaún, se supo que estaba en casa. Acudieron tantos, que no quedaba sitio ni a la puerta. El les proponía la Palabra. Llegaron cuatro llevando un paralítico, y como no podían meterlo por el gentío, levantaron unas tejas encima de donde estaba Jesús, abrieron un boquete y descolgaron la camilla con el paralítico. Viendo Jesús la fe que tenían, le dijo al paralítico: - Hijo, tus pecados quedan perdonados. Unos letrados, que estaban allí sentados, pensaban para sus adentros: ¿Por qué habla éste así? Blasfema. ¿Quién puede perdonar pecados fuera de Dios? Jesús se dio cuenta de lo que pensaban y les dijo: - ¿Por qué pensáis eso? ¿Qué es más fácil: decirle al paralítico "tus pecados quedan perdonados", o decirle "levántate, coge la camilla y echa andar"? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados, entonces le dijo al paralítico: - Contigo hablo: Levántate, coge tu camilla y vete a tu casa. Se levantó inmediatamente, cogió la camilla y salió a la vista de todos. Se quedaron atónitos y daban gloria a Dios diciendo: - Nunca hemos visto una cosa igual
Explicación
Hay veces que dejamos de lado a los enfermos y nos despreocupamos de ellos. Pero en otras ocasiones los que viven con ellos les cuidan mucho y les atienden muy bien. Hoy en el evangelio aparece un enfermo paralítico, llevado por sus amigos y familiares a Jesús, para que le cure. Y Jesús, nuestro amigo, que quiere sacarnos de todo mal, le curó y además le perdonó de su egoísmo, porque no sólo nos hace paralíticos la enfermedad sino también el egoísmo, que nos paraliza para hacer el bien.
Dibujo realizado por: Fr. Félix Hernández Mariano ( descargar la imagen )
Evangelio dialogado
Te ofrecemos una versión del Evangelio del domingo en forma de diálogo, que puede utilizarse para una lectura dramatizada.
NARRADOR: El domingo pasado os contaba la historia de cómo Jesús curó a un hombre de su lepra. Hoy os voy a contar otra curación: la de un paralítico que no podía moverse. Sucedió en Cafarnaún. Acudían tantos a ver a Jesús, que no quedaba sitio ni a la puerta.
NIÑO 1: ¿Y cómo llegó el paralítico hasta Jesús si no podía moverse?
NARRADOR: Cuatro amigos le descolgaron en una camilla, rompiendo el tejado de la casa donde estaba Jesús.
NIÑO 2: Sus amigos lo querían mucho ¿verdad?
NARRADOR: Desde luego, y confiaban en Jesús. Veréis lo que pasó. Escuchad a Jesús y a unos escribas que estaban allí sentados observando:
JESÚS: Hijo, tus pecados te son perdonados.
NARRADOR: Unos letrados que escuchaban a Jesús dijeron:
LETRADO1: ¿Qué forma de hablar es esa? ¡Está blasfemando!
LETRADO2: ¡Sólo Dios puede perdonar los pecados!
NARRADOR: Jesús adivinando el pensamiento de estos letrados les dice:
JESÚS: Y vosotros, letrados, ¿Por qué pensáis eso?
LETRADO1: ¿Qué? ¿Cómo sabes lo que estamos pensando?
NARRADOR: Jesús les dice:
JESÚS: ¿Qué es más fácil: decirle al paralítico "tus pecados te quedan perdonados" o decirle "levántate, toma tu camilla y echa a andar"?
LETRADO2: ¿Qué quieres decir?
JESÚS: Quiero que veáis que el Hijo del Hombre tiene poder para perdonar los pecados.
NARRADOR: Entonces le dijo al paralítico:
JESÚS: Yo te lo mando: levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.
NARRADOR: El paralítico se levantó inmediatamente, cogió la camilla y salió caminando a la vista de todos.
NIÑO 1: ¡Nunca hemos visto una cosa igual!
NIÑO 2: ¡Es un profeta, un hombre santo! ¡Puede hacer milagros, quizá sea el Mesías!
NARRADOR: Todo el mundo daba gracias a Dios por haberlo enviado.
Elaborado por: Fr. Emilio Díez Ordóñez y Fr. Javier Espinosa Fernández