Lun
19
Mar
2018

Homilía San José

Año litúrgico 2017 - 2018 - (Ciclo B)

José, hombre justo y soñador

Pautas para la homilía de hoy

Reflexión del Evangelio de hoy

1. La Palabra de Dios nos habla hoy de descendencia, herencia, paternidad, filiación, estabilidad: Expresiones que hacen referencia a una Promesa de Dios que después se concentran en un hombre; un hombre que no habla, no dice una palabra, un hombre del cual se dice solamente que era Justo, por lo que actúa en docilidad y obediencia.

Dios anunció a José, con unos meses de retraso, la Encarnación de su Hijo en el seno de María, con quien estaba desposado, aunque aún no convivían. Y la respuesta de José a este anuncio, nos da las claves para colaborar con Dios en su plan sobre el mundo. ¿Cómo responde José a la Palabra?

  • En medio del sufrimiento y la crisis: respeta a María y actúa con prudencia.
  • Cuando todo se aclara, acepta el plan de Dios y confía. No se queja. Simplemente dice sí.
  • Todo ello está impregnado de amor. Un amor enamorado y apasionado hacia María, purificado en la duda y el dolor. Y un amor entregado, que le permitirá que ya no viva para sí mismo, sino para el plan de Dios sobre los hombres. Esto es lo que expresa con el gesto de: “José recibe a María y se la lleva a casa”.

2. José de Nazaret, es un Varón Justo. Así lo llama el texto evangélico de hoy. Justo, porque a pesar de las evidencias, no difama a María y decide abandonarla en secreto. Justo, porque, creyó sin más e hizo lo que le dijo el ángel llevando consigo a María. Decir justo significa bíblicamente decir santo. La justicia bíblica lo abarca todo: justicia económica; solidaridad; respeto, compasión, gratuidad, perdón. Todo esto es lo que nos hace plenamente justos y humanos y así es la justicia de José. Él es verdaderamente un varón justo, el hombre fiel que a pesar de que no entendía nada y en medio de las dudas y las crisis, sigue amando y protegiendo a María. Y en ella, el plan de Dios. Es el verdadero servidor que proporciona vida plena a los que le han sido confiados. Un servicio que, aunque hoy ha perdido mucho prestigio, porque nadie quiere servir, es más necesario y urgente, porque es Patrón y modelo de la familia que es la Iglesia.

3. Un hombre capaz de soñar, de custodiar y llevar adelante el sueño de Dios. Como dice el Papa Francisco, un ejemplo para todos y de forma particular para los jóvenes, a los cuales enseña a no perder nunca “la capacidad de soñar, de arriesgar y de asumir tareas difíciles". En el evangelio de hoy (Mt 1,18-24) aparecen José, María, Jesús, ayudándonos con las actitudes que los distinguen: la fe, la pobreza y la humildad.

El Papa habla de José como el guardián de las debilidades. El hombre escondido, el hombre del silencio, el hombre que hace de padre adoptivo; que tiene la autoridad con Jesús, pero sin hacerla ver.

A él, a su corazón, Dios confía cosas débiles: de hecho, una promesa es débil, así como es débil un niño, pero también una joven de la que él tuvo una sospecha. Debilidades que experimentará en el nacimiento del niño, en la huida a Egipto, en el trabajo cotidiano. Todas esas debilidades José las toma de la mano, en su corazón y las lleva adelante como se llevan adelante en la pobreza, con la fortaleza de la fe y la ternura. José puede ser considerado como el guardián de las debilidades, para que los hombres débiles se conviertan en personas firmes en la fe.

  • Pistas para la oración

El Papa Francisco nos ha dejado en San José un modelo de Guardián de las “debilidades” y de los “Sueños de Dios”. Un sueño de Redención y de Salvación para todos los hombres, expresado en nombre que José pone al niño: Jesús. Sueño en el que también nosotros podemos colaborar como lo hizo él, desde nuestra pobreza de anawin. Estos interrogantes del Papa ante la figura y fiesta de San José, nos ayudan a orar y reflexionar hoy a nosotros.

  • ¿Cómo acogemos el plan de Dios en nuestras vidas?
  • ¿Afronto las situaciones desconocidas, e incluso adversas, con la misma humanidad, disposición y generosidad que José ante los designios de Dios?
  • ¿Somos como María y José, que reciben a Jesús y lo cuidan con amor materno y paterno?
  • ¿Qué obras de misericordia debo contemplar, para custodiar y velar por mi prójimo?