Feb
Homilía Presentación del Señor
Año litúrgico 2013 - 2014 - (Ciclo A)
“ Mis ojos han visto a mi salvador, luz para alumbrar a las naciones ”
Pautas para la homilía de hoy
Reflexión del Evangelio de hoy
Jesús el mensajero de Dios entrará en el santuario
Las tres lecturas de hoy, tienen como imagen central la figura de Jesús que inaugura la Nueva Alianza.
Así, Malaquías de modo profético ve que: “De pronto el Enviado de Dios entrará en el Santuario, entonces agradará al Señor la ofrenda de Judá y Jerusalén, como en los días pasados, como en los años antiguos”, prefigurando en este texto la presentación de Jesús en el Templo.
En La Carta a los Hebreos Jesús el Hijo de Dios, en todo igual a nosotros los hombres, menos en el pecado, nos ofrece la salvación de Dios pues posee un Sacerdocio Eterno que nada tiene que ver con el sacerdocio de la Antigua Alianza, es compasivo pues conoce nuestra debilidad.
Lucas empieza el relato de una forma escueta para detenerse después en el significado teológico de esta ceremonia marcada por la Ley. “Cuando llego el tiempo de la purificación, es decir cuarenta días después del parto, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén, para presentarlo al Señor de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: “Todo primogénito varón será consagrado al Señor”.
Después de esta ceremonia Lucas, va desgranando una serie de detalles que convierten la ceremonia en una autentica Manifestación de Jesús como mensajero que restablece la alianza con su pueblo, la Iglesia Oriental lo entendió muy pronto como la Fiesta del Encuentro de Jesús con el pueblo creyente que esperaba la aparición del Mesías prometido.
Mis ojos han visto a mi salvador, luz para alumbrar a las naciones
En este encuentro tienen un protagonismo muy significativo dos personas sencillas - Simeón y Ana - que no son sacerdotes, ni gente relevante, son un hombre y una mujer, piadosos y totalmente abiertos a la acción de Dios. Ambos representan al Israel creyente y expectante ante la venida del Señor.
De Simeón sabemos que era un hombre justo y piadoso, sensible a la acción consoladora del Espíritu, toma al niño en brazos y bendice a Dios: “Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz”… Lc.2,29). La razón es que ha visto cumplido el objeto de su fe y esperanza, al tomar en brazos al niño ha visto un tiempo nuevo que empieza. La salvación ya no queda encerrada en Israel, el pueblo elegido. Jesús es la luz que ilumina a todos los hombres y mujeres, ya no habrá griegos o judíos, esclavos o libres, la salvación es para todos. Aquel niño es la luz enviada por Dios para disipar las tinieblas, no está hablando de alguien portador de una nueva ideología religiosa, está mostrando al mismo Jesús que es el mensajero del Padre a quien conoce, y por eso puede decir que ”en su luz nos hace ver la luz”. (Sal, 35)
La otra figura, Ana una mujer viuda, que no se apartaba día y noche del templo, habla del niño a todos los que esperaban la liberación de Jerusalén. No puede reprimir su alegría y comunica su gozo a todos, es un ejemplo de trasmisión de la buena noticia de Jesús. La trasmisión de la fe es siempre una tarea del cristiano, todos somos llamados a evangelizar. La piedad popular lo ha reconocido en la advocación de la Candelaria, en sus procesiones cuando los fieles portan la Luz en sus manos como expresión del deseo de comunicar su fe.
María presente en la historia de la salvación como Madre
María y José estaban admirados de lo que se decía del niño… Simeón bendice a los padre, pero a la vez los alerta sobre la realidad de Jesús: “Será una bandera discutida”, un signo de contradicción para que muchos caigan y se levanten y se aclarará la actitud de muchos corazones. El evangelista esta señalando una realidad histórica y una exigencia del seguimiento de Jesús que rechaza a los tibios y pide coherencia ante el mensaje evangélico, es algo que a veces se olvida. Este seguimiento pasa a veces por rupturas afectivas y el rechazos del nuestro entorno y de la misma familia. Jesús mismo llegará a decir que no ha venido a traer la paz sino a guerra y (Lc 12,49-53).
El evangelio hace una referencia a María, diciendo “una espada te traspasará el alma.” Lucas, que escribe estas palabras después de la experiencia del Resucitado, es testigo de que María la madre no fue indiferente ante su hijo, también ella pasó por la experiencia del dolor y de la cruz... y quiere señalarlo para que estemos dispuestos a la experiencia de la cruz como seguidores de Cristo.
La Vida Consagrada: carisma profético en la vida de la Iglesia
Al ver el contenido de esta festividad de la Presentación del Señor en el templo, no es extraño que la Iglesia universal, en este día, venga celebrado una jornada especial dedicada a la Vida Consagrada. En ella quiere poner de relieve dos cosas. Dar gracias a Dios por este carisma, que enriquece a la Iglesia y a la vez resaltar el gesto de tantos hombres y mujeres que imitan más de cerca y hacen presente en nuestra sociedad la forma de vida que Jesús abrazó y propuso a los discípulos que lo seguían.
Por todo esto, conviene hablar a los fieles que asisten el domingo a las celebraciones eucarísticas del valor de la Vida Consagrada, para despertar el conocimiento y estima de una realidad para muchos ajena a sus intereses, que sin embargo, es parte fundamental de la Iglesia.