Ene
Homilía II Domingo del tiempo ordinario
Año litúrgico 2018 - 2019 - (Ciclo C)
“ A ti te llamarán 'Mi Favorita' ”
Evangelio para niños
Bodas de Caná - Juan 2, 1-12
En aquel tiempo había una boda en Caná de Galilea y la madre de Jesús estaba allí; Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda. Faltó el vino, y la madre de Jesús le dijo: - No les queda vino. Jesús le contestó: - Mujer, déjame, todavía no ha llegado mi hora. Su madre dijo a los sirvientes: - Haced lo que él diga. Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una. Jesús les dijo: - Lllenad las tinajas de agua. Y las llenaron hasta arriba. Entonces les mandó: - Sacad ahora, y llevádselo al mayordomo. Ellos se lo llevaron. El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llamó al novio y le dijo: - Todo el mundo pone primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el peor; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora. Así, en Caná de Galilea Jesús comenzó sus signos, manifestó su gloria y creció la fe de sus discípulos en él. Después bajo a Cafarnaún con su madre y sus hermanos y sus discípulos, pero no se quedaron allí muchos días
Explicación
El relato presenta a Jesús y su madre participando en una fiesta de bodas, en un pueblecito llamado Caná En medio de los convidados, ellos están atentos a lo que ocurre, y María siente que se acaba el vino. Y pidió ayuda a Jesús que, con alguna resistencia, acabó por hacer un signo admirable : a la entrada del banquete había unas tinajas llenas de agua, para que los que iban a comer cumplieran con la ley que manda lavarse las manos y de este modo la comida resulte una acción llena de pureza. Pues Jesús cambio el agua de las tinajas en un vino de mucha calidad. Y con este signo quiso darse a conocer como quien trasforma en alegría de fiesta, la seriedad de la ley
Dibujo realizado por: Fr. Félix Hernández Mariano ( descargar la imagen )
Evangelio dialogado
Te ofrecemos una versión del Evangelio del domingo en forma de diálogo, que puede utilizarse para una lectura dramatizada.
Segundo domingo tiempo ordinario-C- (Jn 2,1-12)
Narrador: En aquel tiempo había una boda en Caná de Galilea y la madre de Jesús estaba allí, Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda.
NIÑO1: ¿Y qué tiene que ver una boda con Jesús?
NIÑO2: Pues yo pienso que si invitaron a Jesús hizo bien en acudir; además, ¿no has oído que estaba también su madre?
NIÑO1: Sí, y los discípulos, que eran doce. ¡Vaya gasto para los novios!
Narrador: Tenéis razón. Era costumbre invitar a todos los parientes y amigos, y las celebraciones duraban varios días. Los invitados comían, bebían, bailaban...
NIÑO2: ¿Jesús también? Yo no me lo imagino.
Narrador: Desde luego que sí; le gustaba ver feliz a los demás y participar en su alegría. Pero, pasados los primeros días surgió un problema.
NIÑO1: Ya me lo imagino. Con tanta gente, seguro que se terminó la comida.
NIÑO2: ¡Vaya corte! Eso sí que sería demasiado.
Narrador: Sí. Los novios no tenían mucho dinero, y el vino, que solía beberse en abundancia, comenzó a escasear. Escuchad lo que dijo el criado:
CRIADO: Nos estamos quedando sin vino, y la gente sigue pidiendo. ¡Más vino, queremos más vino!
MARÍA: Jesús, hijo, no les queda vino.
JESÚS: Tranquila, mujer; nosotros somos invitados. ¡Qué nos importa a ti y a mí! Mira, todavía no ha llegado la hora de manifestarme.
MARÍA: Vosotros, los que servís la mesa. Haced lo que Él os diga.
JESÚS: ¿Tenéis tinajas grandes?
CRIADO: Sí, tenemos seis tinajas que son para las purificaciones. En ellas caben lo menos cien litros de agua.
JESÚS: Está bien. Id y llenadlas de agua hasta el borde. Una vez llenas, lleváis un vaso al mayordomo para que lo pruebe.
Narrador: El mayordomo probó luego del vaso, lo paladeó apreciando el contenido, y se fue en busca del novio.
Mayordomo: Todo el mundo pone primero el vino bueno y deja el malo para el final, cuando todos están ya bebidos.
NOVIO: ¡Claro!, así debe ser.
Mayordomo: Entonces, no entiendo por qué mandas tú sacar ahora el vino mejor.
NOVIO: ¿Yo...? ¡No entiendo nada! Si no debía quedar más vino...
Narrador: Y así fue, cómo en Caná de Galilea, Jesús comenzó sus signos. Así manifestó su gloria y creció la fe de sus discípulos. Creyeron más en Jesús. Después bajó a Cafarnaún con su madre y sus discípulos. Pero no se quedaron allí muchos días.
Elaborado por: Fr. Emilio Díez Ordóñez y Fr. Javier Espinosa Fernández