Dom
20
Oct
2019

Homilía XXIX Domingo del tiempo ordinario

Año litúrgico 2018 - 2019 - (Ciclo C)

Cuando venga el Hijo del Hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?

Introducción

La Palabra de Dios se centra este domingo en un reclamo por la perseverancia en la oración. La oración es el primer fruto emanado de la fe, pues aceptar la existencia de un Dios que nos ama y nos salva es la fuente de la que bebe toda conversación filial con Dios. Y toda conversación filial busca prolongarse y acrecentarse. A esto llamamos perseverancia en la oración.

Pero este domingo se celebra también el Domingo de la Propagación de la Fe. La celebración del día de la propagación de la fe nos trae a las personas mayores el recuerdo  de aquellas huchas para depositar nuestras limosnas y quizá con la figura de un niño de tierras extrañas que solicitaba nuestra limosna a favor de los desposeídos. Pero en realidad era una interpretación defectuosa y confusa de dos preceptos diversos: propagar la fe y solidaridad con los necesitados. Hoy esto segundo lo cumplen muchas beneméritas ONG. Pero hay otras necesidades que no podemos olvidar: remediar las necesidades de quienes no pueden conocer a Dios, de quienes nunca han oído hablar de un Dios que nos salva o no han oído hablar de quien nos ha creado por amor y ha pronunciado sobre toda la humanidad el perdón a todos los arrepentidos.

Ha llovido mucho desde aquellos tiempos de las huchas con cabezas de niños. Pero sigue existiendo y cada vez es más urgente dedicar un día a la Propagación de la Fe.  Hoy nosotros somos conscientes de que hay dos miserias que antes no distinguíamos bien: la de quienes ignoran completamente a Dios y la de millones de seres que carecen de lo necesario para la vida. Son dos miserias y no solo una. Y ambas no coinciden en los mismos sitios y personas ni se remedian de igual modo. Y tampoco nos avergoncemos de recordar que ambas tareas necesitan de bienes económicos  y del servicio de  personas dedicadas a ellas. Sí; hay que pedir prestaciones económicas para ambas tareas  y disponibilidad de personas para ambas tareas.

Es posible que a los comentaristas del evangelio de hoy les sea difícil ensamblar el precepto de constancia en la oración y el mandato de anunciar la fe a todos los hombres. Porque es necesario recordar y urgir ambas cosas si queremos trasmitir fielmente la Palabra de Dios.