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Homilía Vigilia Pascual
Año litúrgico 2018 - 2019 - (Ciclo C)
“ Volvieron del sepulcro y anunciaron todo esto ”
Introducción
La Resurrección es un acontecimiento histórico y a la vez trascendente, acaecido en la persona de Jesucristo: Dios y hombre verdadero. La muerte no podía retener al autor de la vida, comunicando así a la naturaleza humana la plenitud planeada por Dios desde antes de la creación, participando ya de manera definitiva en la comunicación eterna del amor Trinitario. Como acontecimiento histórico, es posible descubrir las huellas que ha dejado este paso, no de la muerte a la vida, sino de una vida hasta su plenitud.
En esta noche santa celebramos el sí definitivo de Dios la persona de Jesús, a sus palabras y obras. Y junto con ello, el sí de Dios a la humanidad. El culmen de la reconciliación entre Dios y los seres humanos inicia su última etapa con la resurrección de Jesús. Nuestra actitud, además de ser festiva, propia de toda celebración litúrgica, debe corresponder a la de toda vigilia: estar en vela, en espera confiada.
Esta vigilia representa el final del Triduo Pascual (pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo) y la celebración más importante del año litúrgico. En esta noche santa culminamos la conmemoración de los misterios por los cuales hemos recibido la redención.
Como madre de todas las vigilias, está compuesta por cuatro liturgias: la de la luz, la de la palabra, la bautismal y la eucarística. La homilía de esta noche ha de recodar los misterios de la historia de la salvación tratando de articularlos con sus partes celebrativas y, como elemento de la liturgia de la palabra, ha de ser el nexo entre los diferentes momentos de la noche.