Dom
20
Ago
2023

Homilía XX Domingo del tiempo ordinario

Año litúrgico 2022 - 2023 - (Ciclo A)

Mujer, qué grande es tu fe

Pautas para la homilía de hoy


Evangelio de hoy en audio

Reflexión del Evangelio de hoy

En las periferias 

Una mujer perseverante, suplica con insistencia la sanación de su hija. Quizá esta mujer pensase que podía ser rechazada por ser cananea y extranjera, pero no pierde la esperanza de que Jesús la atienda. La mujer, para hacerse notar, grita hasta el punto de que los discípulos insisten a Jesús: Atiéndela, que viene detrás gritando. Es el grito angustioso de los que se encuentran más necesitados y desprotegidos. La mujer insiste porque su hija necesita ser sanada. Dios no desoye el clamor de los indefensos. 

Jesús, que al principio se muestra reticente, responde a la petición de esta mujer. La extraordinaria fe que ella manifiesta, su ferviente súplica y el hecho de ponerse ante Jesús con la humildad de quien todo lo espera de él, logra vencer las reticencias iniciales, y Jesús  le concede, no las "migajas" que caen de la mesa, como ella esperaba, sino el pan del reino que se reparte con esplendidez.

Dios ofrece la salvación y liberación

La mujer cananea estaba convencida de que Jesús podía curar a su hija. Nosotros sabemos que sólo Él puede hacer que nuestra vida cambie. Con Jesús se abren horizontes para todos los que buscan liberación y vida nueva.

Jesús siempre anda cerca. Es posible ir a él, acercarse y gritar si hace falta. Y Jesús se vuelca siempre ante quien se encuentra necesitado. Jesús es don y regalo de Dios nuestro Padre. Todo lo que viene de Jesús procede del amor del Padre que quiere la salvación de todos los seres humanos.

El evangelio nos ha mostrado que en Jesús todos tenemos sitio, los de lejos y los de cerca, sea cual sea nuestra procedencia, creencias, cultura y formas de vida. Dios no abandona a nadie, no cierra puertas. Dios sigue ofreciendo sus promesas y dones de salvación a todos, valorando y respetando las opciones libres de cada persona. Nadie está excluido. Sólo espera un "si" de nuestra parte: el "sí" de la fe audaz, adulta, madura, perseverante y llena de confianza. Es la fe que propicia la hora de Dios. 

Invitación a la acogida del otro

Isaías se ha hecho eco del deseo de Dios de reunir a sus hijos dispersos para que todos encuentren acogida en su presencia. A la vez, ha señalado que es preciso quitar de en medio todo aquello que impide la pronta llegada de la salvación de Dios. Por eso, el Profeta ha exhortado a guardar el derecho y a practicar la justicia como base de unas nuevas relaciones humanas. Las injusticias son el gran obstáculo para la convivencia y para la construcción de un "mundo nuevo".

La Palabra de Dios nos ha invitado a abrir el corazón a la universalidad, a derribar fronteras y a superar todo tipo de exclusiones y discriminaciones. Hay que vencer los prejuicios y los obstáculos que tan frecuentemente nos separan y enfrentan a los seres humanos. Es una invitación a que no vivamos con recelos y desconfianzas, especialmente ante la presencia del otro que es diferente. El mensaje es claro: se nos invita a promover relaciones de apertura, de solidaridad y de acogida generosa.

¿Nuestra fe en Jesús tiene los rasgos que hoy nos ha mostrado la Palabra de Dios? ¿Cómo es la fe que vivimos? ¿Actuamos como si la fe cristiana fuera monopolio de unos pocos elegidos? ¿Estamos abiertos a todos? ¿Ponemos barreras que nos separan?