Sep
Homilía XXV Domingo del tiempo ordinario
Año litúrgico 2013 - 2014 - (Ciclo A)
“ Nuestros caminos son vuestros caminos… ”
Pautas para la homilía de hoy
Reflexión del Evangelio de hoy
¿Cuáles son nuestros caminos…?
Tremenda pregunta ¿no os parece…? ¿qué responderíamos…? Muy probablemente informaríamos enseguida sobre nuestra situación laboral, santo y seña que socialmente hemos erigido como la más auténtica muestra de identidad (estaría bien saber si todas aquellas personas, “afortunados/as” según dicen de nuestra sociedad porque al menos están dados de alta en la seguridad social, que se ven forzadas a olvidar sus vocaciones y trabajar de “lo que sea” con tal de sobrevivir creen que eso es lo que les define…). Como decimos, con suerte responderíamos a lo que nos dedicamos o quizá, responderíamos que desgraciadamente estamos en situación de desempleo, no sin sentirnos un tanto avergonzados por ello…, tiene bemoles que nos afrente una injusticia social que en lugar de provocar padecemos. Tal vez indicaríamos dónde vivimos, informaríamos diligentemente acerca de nuestro estado civil (otra de las señas “harto necesarias” para saber dónde inventariarnos), o de nuestra naturaleza religiosa o laica, aspecto que también según el foro, se perfila como determinante para certificar cuál es nuestro camino y por dónde andamos. Probablemente para terminar es posible que especificáramos si tenemos hijos y cuántos o, si no los tenemos, y en función de la edad, contestaríamos que no sin poder evitar que se dibujara una cierta expresión de disculpa en nuestro gesto... Hasta ahí todos satisfechos con la respuesta.
Por qué te mueves y por dónde lo haces…
Pero ¿qué pasaría si nuestro interlocutor nos insistiera? No, no, si mi interés no es saber cómo te defines, social, cultural o eclesialmente. No me llama la atención si eres cirujana, profesor, investigadora, conductor de autobús, trabajador o desempleada, soltero o casada, religioso o laica… Todo eso está muy bien, pero me gustaría saber por qué te mueves y por dónde lo haces… Tengo curiosidad por saber hacia dónde diriges tus pasos… Tu definición de ti mismo/a a mí me suena a social y me interesa más otra definición más sutil, más certera, más depurada… Quizá nos sorprendería su interpelación ¿no os parece? Suena a pregunta hecha por alguien cuya inteligencia y sabiduría es capaz de ver y revelar en la realidad físico-social que le presentamos, algo más verdadero y profundo; algo menos finito y reducido que las categorías de las que nos valemos para definirnos y para clasificar a los demás. Alguien que nos induce y seduce a tratar de definir nuestro camino como una tendencia mucho más esencial y constante, algo así como el impulso real por el cual “subimos la persiana cada día” y colocamos el cartel de “abierto para la vida”. Horario 24h.
Dónde ponemos los pies
Ese alguien nos diría quizá: cuéntame más bien dónde te gusta poner los pies. Quiero que me describas si te llaman las sendas comunes, esas que son accesibles, que garantizan el tránsito de todo el mundo, dónde no se paga peaje y existen constantemente carriles de incorporación… O si te mueves por circuitos más selectos, donde solo algunos elegidos tienen acceso... Cuéntame si te sientes cómodo con los caminos sencillos y firmes, de esos que se sabe donde se pisa, los caminos abiertos donde se puede andar o incluso correr libremente porque no tienen trampa…
Caminos limpios de maleza. O si más bien te atraen los caminos paralelos donde se cuecen las maniobras que brindan el prestigio y el reconocimiento de forma más automática, caminos donde se reparten a trompicones y sin concierto las oportunidades robadas a otros y otras...
Posiblemente nos preguntaría si es nuestro “rollo” el de que todo el mundo camine en dignidad, simple y llanamente porque si no la nuestra estaría manca…, o si nos molestan las personas que se suman a medio camino porque creemos que ellas no merecen el mismo jornal que nosotros/as… ¿Somos nosotros de las personas que miran únicamente a lo que hay entre sus orejas, o tenemos una terca tendencia a mirar en las cunetas…?
Quizá ese alguien nos diría henchido/a: ¡qué feliz me harías (y te harías…) si fueras tú de los que dan media vuelta para ver quién ha ido quedando, aupándolos para llegar a la meta y así se cumpliera de verdad que los últimos fueran los primeros…! ¡Qué feliz me harías…., qué feliz te harías…!
Por la parte que nos toca, la Comunidad de El Levantazo, nos aplicamos el cuento: nuestros caminos son vuestros caminos… Os necesitamos para juntos/as encontrar y mantenernos en los caminos de vida, esos que se niegan a amortizar colectivos y generaciones, esos que van a las colas de la humanidad y luchan por catapultar y reenganchar a los últimos/as… por devolverlos a los caminos de la dignidad, por visibilizarlos/as. Hemos de luchar para evitar que se los trague la codicia y la ignominia estructural… ¡Qué felices seríamos si lo lográramos! ¡No estamos solos/as, la unión hace la fuerza!... ese es el camino…