Ene
Homilía III Domingo del tiempo ordinario
Año litúrgico 2011 - 2012 - (Ciclo B)
“ Levántate, vete a Nínive... ...y te haré pescador de hombres ”
Introducción
Estamos en el tercer domingo del tiempo ordinario, pero adentramos en el tiempo ordinario ni nos aleja de la alegría que nos trae la Encarnación, recién celebrada en Navidad, ni nos hace olvidar la esperanza del tiempo pascual hacia el que caminamos. Alegría y esperanza son el Evangelio que debemos predicar.
Comienza la Semana por la Unidad de los Cristianos y celebramos, además, el Domingo de la Infancia Misionera. Las lecturas de hoy, en línea con esta intención de la Iglesia de avanzar hacia el ecumenismo, por un lado, y acordes también con la realidad de una Iglesia misionera, son una llamada a no dormirnos. Somos llamados a ser profetas, como Jonás, en un mundo que en ocasiones nos es hostil, y somos llamados, sobre todo, por el propio Jesús, que nos invita a seguirle y a predicar la Buena Noticia, el Evangelio. Ningún cristiano está exento de esta responsabilidad; cada uno debe, en la medida de sus posibilidades y a ejemplo de quienes más cerca están de Jesús y del Reino, los niños, poner de su parte para que todos los hombres puedan subirse a la barca de Jesús.