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Dom
22
Dic
2019

Homilía IV Domingo de Adviento

Año litúrgico 2019 - 2020 - (Ciclo A)

Le pondrá por nombre Emmanuel

Introducción

Ya queda muy poco para la fiesta de Navidad. Apenas unos días. Pero, ¿cómo se llega a Belén?, ¿cuál es el camino? ¿Qué señales nos orientan hacia él? ¿Cómo reconocer la verdadera Navidad? Como los Magos también necesitamos una estrella que nos guíe hasta el portal de Belén y adorar allí la verdadera Navidad. Dios mismo nos muestra hoy una señal para dar con la Navidad.

En realidad, en nuestras ciudades ya hay señales que, a su modo, hablan de la cercanía de la Navidad: son las luces de colores, la música navideña, los papás noels de barba blanca y los escaparates con su pretendido sabor navideño. ¿Son estas señales anunciadoras de la Navidad verdadera? Algunos, desencantados, nos han contado que esas señales  les resultó un engaño, que no conducían a Belén; y que, si acaso llegaban al umbral de un portal, allí no encontraron ni a José ni a María, ni a ninguno recién nacido, ni a un buey ni a una mula,  ni a pastores. Las señales no eran válidas; fue un engaño.

Los creyentes, que nos fiamos de los profetas que nos han hablado largamente en este Adviento,  conocemos los caminos que llevan a Belén. Pero, cuando nuestra fe se debilita y flaquea necesitamos señales, como los apóstoles que precisaron ver las señales de las  llagas de la lanza y de los clavos marcadas en el cuerpo del Resucitado.

Esta es la señal que el Señor mismo nos ha  dado hoy,  para encontrar la Navidad verdadera: “Mirad: la Virgen están encinta y da a luz un hijo, y le pone por nombre Emmanuel (que significa ‘Dios-con-nosotros’)”. San Mateo va a ayudarnos en el evangelio de hoy a interpretar los detalles de esta señal.

Ayudemos hoy a nuestras comunidades a reconocer y celebrar la verdadera navidad porque la otra, la mentirosa, la navidad sin nacimiento, sin María y José, más que alegrar, defrauda; es un engaño.