Ago
Homilía XXI Domingo del Tiempo Ordinario
Año litúrgico 2009 - 2010 - (Ciclo C)
“ Esforzaos por entrar por la puerta estrecha. ”
Evangelio para niños
La puerta estrecha - Lucas 13, 22-30
En aquel tiempo, Jesús, de camino hacia Jerusalén , recorría ciudades y aldeas enseñando. Uno le preguntó: - Señor, ¿serán pocos los que se salven? Jesús les dijo: - Esforzaos en entrar por la puerta estrecha. Os digo que muchos intentarán entrar, y no podrán. Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera y llamaréis a la puerta diciendo: "Señor, ábrenos", y él os replicará: "No sé quienes sois". Entonces comenzaréis a decir: "Hemos comido y bebido contigo y tú has enseñado en nuestras plazas". Pero él os replicará: "No sé quienes sois. Alejaos de mí, malvados". Entonces será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahan, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, y vosotros os veáis echados fuera. Y vendrán de Oriente y Occidente, del Norte y del Sur, y se sentarán a la mesa en el Reino de Dios. Mirad: hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos.
Explicación
Muchos niños y niñas están contigo en el aula, incluso muchos años, y sin embargo casi no te conocen, ni saben de tí las cosas más importantes. Eso es porque la relación que has tenido con ellos/as es muy ancha. Llamamos relación estrecha no a la relación delgada sino a la intensa, cordial, íntima. Algo parecido pasa con Jesús : muchos han oído hablar de él pero no saben casi nada de su corazón, ni de su vida, ni de sus intenciones y deseos. Esa relación con Jesús es ancha, no grande sino ligth Para estar de verdad con él hay que entrar por una puerta estrecha y mantener una relación de amistad contínua, de fondo, entera. Eso es conocer y querer a todo un amigo o amiga.
Dibujo realizado por: Fr. Félix Hernández Mariano ( descargar la imagen )
Evangelio dialogado
Te ofrecemos una versión del Evangelio del domingo en forma de diálogo, que puede utilizarse para una lectura dramatizada.
Narrador: En aquel tiempo, Jesús, de camino hacia Jerusalén, recorría ciudades y aldeas enseñando. Uno le preguntó:
Niño 1: «Señor, ¿serán pocos los que se salven?»
Jesús: «Esforzaos en entrar por la puerta estrecha. Os digo que muchos intentarán entrar y no podrán. Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera y llamaréis a la puerta, diciendo: "Señor, ábrenos"; y él os replicará: "No sé quiénes sois."
Niño 2: Maestro, ¿qué significa eso de levantarse, cerrar la puerta, quedarse fuera? no acabamos de entender.
Jesús: Voy a deciros aún más cosas. Esas personas comenzarán a decir: "Hemos comido y bebido contigo, y tú has enseñado en nuestras plazas."
Niño 1: Seguimos sin saber lo que nos quieres decir, maestro. ¿Qué es eso de comer, beber, enseñar en nuestras plazas?
Narrador: El Señor les responderá:
Jesús: "No sé quiénes sois. Alejaos de mí, malvados."
Entonces será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y vosotros os veáis echados fuera. Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios.
Niño 2: Maestro, ya voy entendiendo un poco lo que quieres decirnos.
Niño 1: Claro. Nos está hablando de los que estando con él, escuchándole en las plazas, no le hacen caso, incluso le rechazan por interés. ¿no es así, maestro?
Jesús: Mirad: hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos.»
Elaborado por: Fr. Emilio Díez Ordóñez y Fr. Javier Espinosa Fernández