Dic
Homilía Natividad del Señor
“ ¡La noche es tiempo de salvación! ”
Pautas para la homilía de hoy
Evangelio de hoy en audio
Reflexión del Evangelio de hoy
La noche no interrumpe tu historia con el hombre;
la noche es tiempo de salvación.
De noche en un pesebre, nacía tu Palabra,
de noche lo anunciaron el ángel y la estrella.
La noche es tiempo de salvación. (Liturgia de las horas.)
En el silencio y en la paz de esta noche santa, la humanidad se pregunta:
¿Cuál es el sentido de la Navidad? Para todo tipo de opresión humana, hay liberación. Así dice el profeta: El pueblo que caminaba en las tinieblas ha visto una gran luz. Y dirigiéndose a Dios exclama: Acreciste la alegría, aumentaste el gozo. Navidad es fuente de gozo de liberación. Los hombres son un relato de Dios: en sus acciones sobresalientes, en las menos notables, en sus contradicciones y paradojas, en toda su humanidad puede ser un relato de Dios. Lo verdaderamente humano posee un poder de seducción porque lleva en su entraña la fuerza de Dios.
¿Cómo pasar de las tinieblas a la luz, de la tristeza al gozo? Haciéndonos más humanos, con la llegada de un Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de la Paz, Porque el amor ardiente del Señor todo poderoso lo realizará. Necesitamos descubrir a Dios en todo lo humano. El Dios que se nos acerca en Navidad no sólo se nos muestra en lo humano, sino que humaniza al hombre que entra en contacto con Él. La Encarnación es el momento cumbre del complot divino, en el que nuestra pobre humanidad recibe en Jesús la vida divina que la humaniza.
Este es el sentido más antiguo de la Navidad: el fin del miedo, la liberación de la dominación enemiga y todo ello gracias a que un Niño nos ha nacido, que da vida a una sociedad en la que habrá justicia, paz, alegría y con ellas, el coraje de vivir más humanamente. Tú sobrenaturalizaste al hombre, en lo que era natural, humanizándolo, (Unamuno)
Pablo explica a Tito el sentido de la Venida de Jesús. La universalidad de la Salvación es una dimensión esencial de la Navidad. Se ha manifestado la gracia de Dios, que trae la salvación para todos los hombres Desde que el Hijo de Dios se ha hecho hombre, quiere ser acogido y reconocido como hombre.
El relato del Nacimiento de Jesús, que escuchamos esta noche, es simple, lleno de matices teológicos y humanos, con un alcance misionero para los cristianos: La narración del nacimiento, el anuncio de los ángeles a los pastores, y la acogida del anuncio, los pastores que encuentran a Jesús y comparten su experiencia a otros, nos devuelven la vocación misionera. Hoy os ha nacido, en la ciudad de David, un Salvador, que es el Mesías, el Señor. Esta es la señal: Un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre. El punto central son las palabras de los ángeles a los pastores con dos motivos que iluminan uno a otro: La visible pobreza de la humanidad de Jesús y la gloria de Dios, escondida en su presencia entre los hombres. Este es el signo divino extraordinario del inicio de una época nueva en la historia de los hombres.
A la luz del acontecimiento de esta Noche no sólo conmemoramos, sino que nos transformamos en cristianos. Ser cristiano significa ser radicalmente humano. Siendo humano como Jesús, puedo vivir en el mundo, actuar, sufrir y morir realmente como hombre. Sostenido por Dios y ayudando a los demás en la dicha y en la desdicha, en la vida y en la muerte. Necesitamos acercarnos con la limitación de nuestra mente al misterio del Verbo encarnado, porque con ello se ilumina nuestro misterio más humano. El hombre del tercer milenio tiene también necesidad de un Salvador, revelador del Amor del Padre, para escapar del individualismo, de la superficialidad y la deshumanización. Dios está en la tierra; ¿Quién no será celeste? Dios viene a nosotros, ¿quién no se hará divino hoy, no buscará con celo la sabiduría, para hacerse cercano a Dios? Dios está envuelto en pobres pañales; ¿quién no se hará rico de la divinidad de Dios si acoge algo humilde?”. (Sofronio de Jerusalén). ¡Hombre, se lo que eres! ¡Cristiano, se lo que eres!
Por todo ello, Si la Encarnación de Jesús, es la Humanización de nuestro Dios, todo lo Humano es el camino, el lenguaje, el lugar para encontrarlo, relacionarse con El, aunque sea en la noche, y con El seguir humanizándonos unos a otros. Porque el Dios que se nos acerca en Navidad no sólo se nos muestra como muy humano, sino como aquel que humaniza al hombre que entra en contacto con Él. Buscando humanizar al hombre, ocurrió lo impensable: Dios se hace hombre. Dios quiere comunicar a lo humano la vida que sólo El posee. Pero siempre en un diálogo de libertad a libertad. Es el Dios comprometido con el hombre, que toma en serio al hombre, que quiere llevar lo esencial del hombre a plenitud. Su gloria es el bien del hombre. Dios liberador de los oprimidos y que nos compromete con la liberación de todos. . La gloria de Dios es la vida del hombre (S, Ireneo)
Dios tiene un nombre y nos llama por nuestro nombre. Es persona y busca a la persona. Tiene un rostro y busca nuestro rostro. Tiene un corazón y busca nuestro corazón. Jesús es el Dios encarnado, Dios salvador. Su ser es salvar y humanizar al hombre.
¿Qué señales de “noche” descubro hoy en nuestra humanidad, y cómo puedo buscar a Dios encarnado ahí?
¿Cómo puedo abrirme y recibir a Dios, desde la pobreza de mi humanidad?
“Nos gobiernas con mucha indulgencia. Actuando así, enseñaste a tu pueblo que el hombre justo debe ser humano (Sab 12,18-19). ¿Cómo hacerme más humano y cristiano esta Navidad?