Dom
24
Feb
2013

Homilía II Domingo de Cuaresma

Año litúrgico 2012 - 2013 - (Ciclo C)

Éste es mi Hijo, mi Elegido; escuchadle.

Introducción

El domingo anterior, de la mano de los textos litúrgicos, el Espíritu nos condujo con Jesús al desierto requiriendo nuestra profesión explícita de fe en medio de las pruebas. Es el mismo Espíritu el que vuelve ahora nuestra mirada hacia los orígenes de nuestra fe, anclada en la promesa abrahámica, para desvelar, en la prefiguración del Tabor, la suerte gloriosa que espera a los hijos de Dios, conscientes de su ciudadanía del cielo. De acuerdo con el ritual primitivo de la alianza, Yahvé sella su pacto de fidelidad con Abrahán, nuestro padre en la fe, pasando, bajo los símbolos del horno humeante y de la antorcha de fuego, entre los animales sacrificados (1ª lectura). Será Jesucristo, el Señor, quien, transfigurando nuestra humilde condición humana a imagen de su cuerpo glorioso, culmine la alianza definitiva revelándonos la plenitud de su Ser (2ª lectura).

Con estas sencillas pero evocativas pinceladas queda enmarcado el misterioso camino de la revelación de Dios –nuestro camino de la fe-, centrado este domingo en la Transfiguración del Señor.