Dom
24
Jun
2018

Homilía Natividad de San Juan Bautista

Año litúrgico 2017 - 2018 - (Ciclo B)

La mano del Señor estaba con él

Introducción

La fiesta de San Juan Bautista, la solemnidad, para ser más preciso, se impone a la liturgia propia del domingo. La fiesta de San Juan tiene una tradición que viene de lejos. Momentos hubo en la que fue considerada fiesta de precepto. El día, y más la noche anterior al día, de San Juan ha sido celebrada de maneras muy diversas en  muy diversas culturas y religiones. Constituye el solsticio de verano, en el hemisferio norte y del invierno en el sur. El protagonista es siempre el sol. El día del sol que emerge en la estrechez del día el 24 de diciembre en el hemisferio norte, ha sido elegido para celebrar la fiesta del sol sin ocaso, Cristo el Señor. En las antípodas del año se celebra el día del sol que lo llena todo y nos ofrece el “día más largo”. Además a los cristianos se nos recuerda el anticipo de seis meses de la venida al mundo del Precursor respecto a “la luz que vino a los suyos”. Día, pues, de luz, de anuncio de la aparición de Jesús en el mundo. Celebramos a quien iba a descubrirle y sacarle del anonimato, proclamándolo como el Mesías deseado. De san Juan celebramos, como de Jesús, su Nacimiento, pues fue santificado, dice la antigua tradición, en el seno de Isabel ante la presencia de la “Madre de mi Señor”, como su madre saluda a María. Lo atestiguan sus saltos de gozo.