Ago
Homilía XXI Domingo del tiempo ordinario
Año litúrgico 2013 - 2014 - (Ciclo A)
“ Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo. ”
Introducción
Necesariamente tenemos que preguntarnos qué nos dice a nosotros el texto del evangelio de Mateo que leemos hoy. Podemos seguir interpretándolo como nos enseñaron hasta ahora: que es la confirmación de que el Papa es el sucesor de Pedro, y de que éste recibe de Jesús todos los poderes; mejor dicho, todo el poder. Pero nada más ajeno al texto de Mateo y, desde luego, nada más inconveniente para el Reino de Dios y para los cristianos de hoy. Esos aparentes privilegios que se conceden a Pedro, en realidad no son tales. El servicio a Jesús Mesías, Hijo de Dios, que el apóstol acaba de confesar, conlleva preocuparse de los pobres, de las viudas que no tienen protección, de los enfermos, de los niños –totalmente desvalidos en aquella época–, de los huérfanos, de los excluidos. Y esta preocupación, además de compasión, era una crítica contra los poderosos de entonces, y, lógicamente, también contra los de ahora. Por eso, ser servidores de ese reino de Dios que Jesús implantó, lleva a estar expuesto continuamente a persecuciones de todo tipo. Pedro, que es alabado por confesar a Jesús como Mesías, a renglón seguido es tildado como un Satanás porque el mesianismo que él creía y esperaba era el del poder, no el del servicio y del consiguiente sufrimiento. Y Jesús de ninguna manera pasaba por eso.