Dom
25
Oct
2020

Homilía XXX Domingo del tiempo ordinario

Año litúrgico 2019 - 2020 - (Ciclo A)

Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón

Introducción

El amor a Dios y al prójimo se practica desde su lugar originario: el ser. El ser es la verdadera realidad, nuestra verdadera patria. El ser es el lugar donde se opera el verdadero milagro religioso: el encuentro de la persona con el Dios de la vida y de la solidaridad. La verdadera religión, su “meollo”, es propiciar el encuentro del ser humano con el ser divino, el encuentro de la criatura con su Creador, y mantenerlo.

Hay filosofías, corrientes de pensamiento, hombres y mujeres, que niegan la siquiera posibilidad de la existencia de ser. Instalados en el escepticismo, situados entre la ironía y el cinismo, contemplan el mundo como protegidos en una burbuja de aire climatizado: el viento de la indiferencia, el rumor del relativismo y la comodidad del agnosticismo. Están convencidos que todo lo existente es mera apariencia, debilidad extrema.

El ser, en cambio, es plenitud de lo que hay, de lo que existe. Es comunión de cielo y tierra, es abrazo entre lo natural y lo sobrenatural, es unidad de destino entre las criaturas y su Hacedor. Eres “con todo tu ser”. La escisión que hay en ti es solo espejismo, puede que te sientas quebrado y frágil, sin embargo, todo ser humano está convocado a la plenitud, a la vida, al gozo, a la verdad, a la paz… al amor verdadero. Todo tu ser está contigo, en todo lo que eres, te acompaña donde quiera que vaya tu cuerpo, pero, sobre todo habita en tu interior, en el lugar de residencia de tu totalidad de ser.