Ago
Homilía XXI Domingo del tiempo ordinario
Año litúrgico 2012 - 2013 - (Ciclo C)
“ Señor, ¿Serán pocos los que se salvan? ”
Introducción
Casi siempre resulta difícil encontrar una idea central en las tres lecturas que nos ofrece la Iglesia en la liturgia dominical. Son ciertamente las tres lecturas palabra de Dios, pero en la realización responden a planteamientos diferentes, a épocas diferentes y a situaciones distintas. La tres lecturas de este domingo en parte participan de esta situación.
Creo que podemos pensar que van bastante unidas la segunda-Carta a los Hebreos- en la que nos habla de no rechazar la corrección que Dios nos envía: “habeis olvidado la corrección fraterna que os dieron: hijo mío, no rechaces el castigo del Señor, no te enfades por su represión; porque el Señor reprende a los que ama y castiga a sus hijos preferidos. Acepta la corrección porque Dios os trata como a hijos preferidos”.
Estas palabras son difíciles de entender para aquellos que están pasándolo mal. Para los que la vida no les sonríe.
Esta segunda lectura encaja plenamente con la lectura del Evangelio de San Lucas ; entrad por la puerta estrecha. Y tampoco está lejos de la primera lectura que nos habla del señorío del Señor a quien acudirán de todas las partes de la tierra y vendrá a anunciar la llegada del Señor que no abandona a los suyos. Aquí encontramos la fuerza y el apoyo incondicional del Señor.
La oración dice: “Señor, toda mi esperanza está en Ti, y Tu no defraudas a quienes en Ti confían. Por eso ante la crudeza de tu amenaza tengo el consuelo de tu misericordia. Pero yo sé que no puedo jugar con el vaso de barro de mi débil fe cristiana, llamada fructificar en otros de amor y de esfuerzo, por entrar por la puerta estrecha. MI salvación está en tus manos.”