Jun
Homilía XIII Domingo del tiempo ordinario
Año litúrgico 2010 - 2011 - (Ciclo A)
“ El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. ”
Introducción
Celebramos hoy en la Iglesia la solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, tradicionalmente conocida como Corpus Christi, es una de las celebraciones de gran raigambre en la cultura y religiosidad popular de muchos de nuestros pueblos. La costumbre nos concitaba en otro día sin embargo, el jueves. Uno de esos jueves, como decía mi abuela, que relucen más que el sol. Los tiempos y los cambios en la forma de expresión de la fe y de la vida han hecho que hoy ya se celebre la festividad el domingo en muchos lugares.
Celebrar el Corpus Christi no es una celebración de la fisiología de Jesús ni por supuesto una exaltación de las propiedades de su sangre. Celebrar el Corpus significa celebrar la vida, la vida dada, regalada. La vida de un hombre: el Hijo de Dios, que se hace alimento para darnos a nosotros MÁS vida.
Lo que hoy celebramos es la vida hecha alimento y la pregunta que nos quedará a cada uno de nosotros como seguidores de Jesucristo es en qué medida mi vida como creyente es también, a su manera, alimento de vida para los demás.