Dom
26
Jul
2020

Homilía XVII Domingo del tiempo ordinario

Año litúrgico 2019 - 2020 - (Ciclo A)

El reino de los cielos se parece a un tesoro...

Introducción

En lenguaje coloquial solemos decir: esta mujer es un tesoro; o le decimos al matrimonio: tenéis un hijo que es un tesoro. Son expresiones con las que intentamos mostrar nuestro aprecio y estima por una persona. A veces dicen los Padres de su hijo pequeño: este es nuestro tesoro.

Así manifestamos que esa persona lo es todo para nosotros en la vida. No nos referimos a un valor económico o material sino a lo vital.

Con estas expresiones manifestamos que: La estima, el amor que sentimos por esa persona merece todo nuestro esfuerzo, nuestra entrega, porque nos llena de felicidad.

Desde la sabiduría del espíritu hoy se nos invita a descubrir cuál es el tesoro de nuestras vidas; cual es la perla preciosa por la cual estaríamos dispuestos a venderlo todo.

Así hacemos referencia al valor por el cual merece la pena vivir.

Siguiendo con un lenguaje coloquial, en nuestra vida, llamamos sabio a la persona que tiene muchos conocimientos intelectuales, científicos, culturales…

En la Biblia el sabio es el que sabe escuchar a Dios y a los demás en su vida; el que por experiencia de la vida, se sabe humilde, sabe que él no es más que los demás.

Es sabio el que sabe vivir la vida con acierto. El que sabe enjuiciar lo bueno frente a lo malo en cada circunstancia.

Sabio es el que sabe discernir unos valores de otros y acierta a vivir desde el Valor fundamental de la existencia.

Para vivir con acierto, no basta saber cuál es el Valor fundamental sino que es necesario tomar la decisión de vender todo para quedarnos con lo que realmente hace vivir. Con lo que realmente da plenitud y felicidad a la vida.

Sería una necedad encontrar el tesoro, tener delante de ti la perla de tu vida, y dejar pasar la oportunidad de adquirirla. 

La liturgia de este día nos invita desde la sabiduría del espíritu (primera lectura) a: encontrar en Cristo resucitado la persona desde la que desarrollar tu vida con plenitud, acierto, alegría y felicidad. (Segunda lectura)

Desde la sabiduría del espíritu la Buena Noticia de parte de Dios  (Evangelio) invita a encontrar el reino de Dios que es encontrar el tesoro que te hará feliz, el tesoro y la perla por la cual merece la pena vender todo lo demás.