May
Homilía La Santísima Trinidad
Año litúrgico 2017 - 2018 - (Ciclo B)
“ Medita en tu corazón, que el Señor es el único Dios ”
Pautas para la homilía de hoy
Reflexión del Evangelio de hoy
Medita en tu corazón
La celebración de hoy sólo es posible desde la adoración, el asombro y el entusiasmo que nace en el reconocimiento de lo que soy en Dios y Dios es en mí. Esta conciencia nos confiere una mirada adecuada para edificar la existencia de un modo integrado y lúcido que genere comunión desde dentro hasta cada dimensión que nos constituye: personal, social, política. El gozo es el signo más evidente de asentir a la gracia.
Ese Espíritu y nuestro espíritu
Dios nos brinda mandatos de vida, nos ofrece su palabra, se manifiesta como amor fiel y compasivo. Pero es necesario entrar en sintonía de onda, hacernos conscientes de que el don está siempre dispuesto a ser otorgado, desplegado.” Hoy” es el tiempo, “ahora” es el tiempo de Dios para ti.
La meditación como ámbito de encuentro con el Dios de Jesús resulta imprescindible para reconocer a Dios tal y como se revela, no como nos lo dibujan o como lo asimilamos de prestado.
La meditación es el espacio de libertad en el que podemos reconocernos como somos: hijos; para descubrir Su corazón como es: compasivo, fiel; para permitir que pueda reflejarse en mi como los demás necesitan.
Sabed que yo estoy con vosotros
En esta solemnidad la Iglesia hace memoria de las monjas y monjes que se dedican de modo específico a un estilo de vida contemplativo. El lema de este año es: “Solo quiero que le miréis a él”. Jesús es la puerta para entrar a la Presencia. Lo dijo él.
La llamada a introducirnos en el misterio trinitario, a vivirlo con entusiasmo y pasión, también con coraje y constancia, no es exclusiva de los contemplativos. Todo cristiano es invitado a saborear el don de la comunión y responsable de sembrarla en su espacio vital. Toda persona es convocada a la aventura espiritual, al cultivo de su dimensión profunda si ha de aspirar a una calidad humana digna.
Los monasterios debiéramos ser humildes celemines que recuerdan lo apasionante de esta vocación universal y estar preparadas para comunicar esta fascinación, orientar los procesos y acompañar los itinerarios.