Dom
29
Ene
2017

Homilía Cuarto Domingo de Tiempo Ordinario

Año litúrgico 2016 - 2017 - (Ciclo A)

Bienaventurados los pobres en el espíritu

Introducción

Este cuarto domingo del tiempo ordinario, como los demás entre el tiempo de Navidad y Epifanía y el tiempo de Cuaresma, parece domingo de transición entre tiempos privilegiados o fuertes, como si no tuviera una entidad en sí mismo. Sin embargo en este domingo la lectura evangélica presenta el texto quizás más emblemático de los evangelios sinópticos, el comienzo del Sermón de la Montaña según san Mateo, las “Bienaventuranzas”. Emblemático y original. Original porque Jesús viene a “dar plenitud”, desde este suave monte, donde la tradición coloca la escena, a la ley que en el abrupto Sinaí entre nubes y truenos Yhavé dictó a Moisés. El mensaje de Jesús no es una ley a la que someterse, que cumplir;  sino un programa para ser felices; es decir para que el ser humano consiga lo que más desea, la felicidad. La originalidad está en dónde pone Jesús la felicidad. La primera lectura y la segunda nos ponen ya en alerta: está en la humildad que busca la justicia, la moderación; no en ser poderosos, ni aristócratas, ni eruditos…, y por lo tanto en algo que hoy diríamos que no es lo correcto socialmente, que no coincide con las expectativas que la persona humana suele fijarse para ser feliz.