Dom
29
Abr
2012

Homilía IV Domingo de Pascua

Año litúrgico 2011 - 2012 - (Ciclo B)

Nadie me quita la vida; yo la entrego libremente

Introducción

Avanzamos en el camino pascual. El Resucitado, en las lecturas del Evangelio de estos domingos pasados, regala paz -“su paz”- a quienes se encuentran con Él. Con cada uno tiene una experiencia única y personal de encuentro. A todos les envía al testimonio y la misión.

Con un lenguaje diferente encontramos en la alegoría del buen pastor de la liturgia de hoy el mismo mensaje. Ahora es el cristiano, nuevo resucitado por el bautismo, el que tiene la misión de repetir la entrega pascual de Jesús: amar y trabajar por la paz, cuidar la intimidad con el Pastor, vivir el testimonio. Como si la puerta de la vida feliz, resucitada y salvada, sólo estuviera en la entrega personal: “Nadie me quita la vida, yo la entrego libremente”.

El cuarto domingo de Pascua la Iglesia lo dedica a orar por las vocaciones a la “vida entregada” al modo de la de Jesús. Este año bajo el lema “Las vocaciones, don de la caridad de Dios” recordamos el mensaje de la segunda lectura: el amor especial del Padre que nos llama hijos suyos y nos envía a que el mundo lo conozca.