Dom
29
Sep
2019

Homilía XXVI Domingo del tiempo ordinario

Año litúrgico 2018 - 2019 - (Ciclo C)

El Señor ama a los justos

Introducción

Quizás por demasiado tiempo, en la Iglesia, se nos han recordado más los pecados personales que los sociales, y de aquellos, mucho más los que tenían que ver con la “carne”, olvidando los males que afectan a nuestro entorno y a quienes nos rodean, aquellos comportamientos que tienen que ver, por ejemplo, con el bolsillo o la vida social, en general. De eso es muy responsable el ministerio ordenado pero también lo somos las personas creyentes, mayores de edad, que hemos vivido nuestra vida de fe muchas veces a una gran distancia de nuestras relaciones interpersonales y sociales.

La liturgia de este domingo puede ser una herramienta que nos ayude a agrandar un poco nuestra mirada y a hacer una reflexión un poco más amplia de cómo nos comportamos en la vida cotidiana. Otro elemento que deberíamos tener en cuenta, sin dilación, es la Doctrina Social de la Iglesia, “tan doctrina” como el resto y que, sin embargo, hemos dejado de lado con tanta facilidad. Con razón algunos la llaman “la gran olvidada”.

El papa Francisco ha hecho reverdecer este árbol de la Doctrina Social con algunos de sus textos, especialmente en la exhortación apostólica con la que abrió, y de alguna forma quiso marcar su pontificado, Evangelii gaudium (La alegría del evangelio); y con su encíclica “verde”, Laudato si’ (Alabado seas). En la primera nos recuerda que: «El kerygma tiene un contenido ineludiblemente social: en el corazón mismo del Evangelio está la vida comunitaria y el compromiso con los otros. El contenido del primer anuncio tiene una inmediata repercusión moral cuyo centro es la caridad» (EG 177).