Dic
Homilía La Sagrada Familia
“ ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre? ”
Introducción
En medio de estas celebraciones de Navidad, donde los buenos sentimientos, los reencuentros, los deseos de paz y armonía parece que nos llenan el corazón más que en ningún otro momento del año, nos encontramos a la familia de Nazaret. Y tenemos la oportunidad de recordar al contemplarla que nuestras familias son un espacio privilegiado de amor y de cuidado, nidos de sabiduría, donde siendo niños aprendimos las cosas realmente importantes, donde nos cuidaron con amor y donde nosotros tenemos el privilegio de poder cuidar a nuestros seres queridos.
En todas las lecturas se hace presente el amor como causa y sustento de las relaciones familiares, el respeto, el cuidado, la paciencia, el agradecimiento y la confianza, no son más que caras de ese gran poliedro que es el amor. Y ese amor nos ilumina incluso ante el desconcierto o el desacuerdo y nos muestra cómo debemos relacionarnos entre nosotros con respeto y libertad.
Y Dios, en medio de todo, pidiendo su espacio, llamándonos para mostrarnos que cuando somos capaces de dedicarle tiempo nuestros horizontes se expanden, y aunque como Jesús volvamos a casa a nuestras tareas ordinarias, nunca volvemos de la misma manera si realmente abrimos nuestros ojos y nuestros oídos a su Palabra.