Homilía Domingo de Resurrección

Introducción

El contexto del Domingo de Pascua es el mismo del de la Vigilia Pascual. La luz y el agua continúan siendo los grandes símbolos que expresan la victoria de Jesús sobre la muerte y la novedad sorprendente sobre la que se levanta la vida cristiana y la Iglesia. Sin embargo, los textos de la Escritura seleccionados para la ocasión son mucho más concretos, difuminándose la óptica de la historia de la salvación que hace presente la liturgia de la Palabra de la Noche Santa de la Pascua.

Así, las lecturas del Domingo de Pascua nos ubican en el contexto inmediato de la Pascua de Jesús y su efecto transformador en los discípulos y la Iglesia naciente. Ello introduce un ritmo progresivo en la dinámica cristiana que estas lecturas evocan. Lo que le ha acontecido al Señor repercute sobre el mundo y sobre toda la humanidad, pero esa repercusión universal se hace visible poco a poco, mediante el testimonio y la palabra de los discípulos y de la Iglesia en la misión. Por esta vía, la Pascua de Jesús ha llegado hasta nosotros y la hemos descubierto operativa y actual. Celebrarla en este domingo es descubrir su actualidad en el hoy del mundo y renovar el compromiso de la misión universal que sigue viva y de la que también somos protagonistas.