Ago
Homilía XXII Domingo del tiempo ordinario
Año litúrgico 2013 - 2014 - (Ciclo A)
“ El que pierda su vida por mí, la encontrará ”
Introducción
En estos domingos de verano, la lectura continuada del evangelio de Mateo, presenta la doble cara de la moneda en la relación de Jesús con sus discípulos y concretamente con Pedro.
El domingo pasado Pedro confesaba que el Hijo del hombre era el Mesías, “el Hijo de Dios vivo”; este domingo, Pedro es el mismísimo Satanás: “quítate de mi vista Satanás” le dice Jesús.
Para que no se interpretara mal la promesa de Cristo fue necesario que la aclarara: la actitud del verdadero seguidor es la del que “pierde” la vida por su causa, -pasando por la cruz para llegar a la resurrección- para “ganarla”.
El ajustarse a este “mundo” puede separar de Dios y de su voluntad. El diálogo salvífico con Jesús, como el de Jeremías, y la toma de conciencia de las dificultades de la fidelidad y seguimiento evangélicos, eliminan los equívocos al verdadero seguidor de Cristo.
La seducción por Jesús y su causa, induce al cristiano a modificar su voluntad sin miedo y no acomodarse a este mundo, empujándole a transformarlo según Dios e instaurar en él su Reino.
Su palabra es fuego que prende y purifica la mente; es acción que lleva a vivir conformados a él, agradándolo en todo lo perfecto. Lo contrario es otra cosa.