Abr
Homilía Domingo de Resurrección
Año litúrgico 2020 - 2021 - (Ciclo B)
“ No sabemos dónde lo han puesto ”
Introducción
Aún centellean en nuestros ojos las luces de los cirios, y resuenan los ecos del aleluya y el gloria. El de hoy es un amanecer festivo y alegre, de encuentro con el Resucitado.
La Pascua no es una fiesta más. En el cristianismo primitivo era la única fiesta revivida domingo tras domingo. Es la fiesta del Viviente y de la vida. La celebración del triunfo de Jesús sobre el abandono, el dolor y la muerte.
Cierto es que el Resucitado es el mismo crucificado. Lleva en su cuerpo glorioso los vestigios de su Pasión, esas heridas que nos han curado. La resurrección no ha borrado mágicamente las experiencias de muerte que aún quedan en nuestras personas y en nuestra historia. Pero es una promesa del Padre de que nosotros también las venceremos.
Por ello, celebramos la Pascua no sólo con esperanza, también con una gran certeza: Dios nos libera radicalmente del mal y nos compromete con la liberación. Estamos llamados a vivir como resucitados, buscando y sirviendo los bienes de arriba, los valores del evangelio, una vida en plenitud.