Jul
Homilía XIV Domingo del tiempo ordinario
Año litúrgico 2014 - 2015 - (Ciclo B)
“ Y se extrañó de su falta de fe ”
Evangelio para niños
Visita a Nazaret - Marcos 6, 1-6
En aquel tiempo fue Jesús a su tierra en compañía de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, empezó a enseñar en la sinagoga; la multitud que lo oía se preguntaba asombrada: - ¿De dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es esa que le han enseñado? ¿Y esos milagros de sus manos? ¿No es éste el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago y José y Judas y Simón? ¿Y sus hermanas no viven con nosotros aquí? Y desconfiaban de él. Jesús les decía: - No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su casa. No pudo hacer allí ningún milagro, solo curó algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y se extraño de su falta de fe
Explicación
La bondad y la sabiduría de Jesús eran tan grandes, que la gente de su pueblo se asombraba de lo que decía y hacía. Y desconfiaban de él. Pensaban que era un espíritu del mal quien actuaba por Jesús, en vez de su Padre Dios, a quien Jesús obedecía. Y se lamentaba de la desconfianza de sus paisanos.
Dibujo realizado por: Fr. Félix Hernández Mariano ( descargar la imagen )
Evangelio dialogado
Te ofrecemos una versión del Evangelio del domingo en forma de diálogo, que puede utilizarse para una lectura dramatizada.
DECIMOCUARTO DOMINGO ORDINARIO – CICLO “B” - (MARCOS 6, 1-6)
NARRADOR: En aquel tiempo fue Jesús a su tierra en compañía de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, comenzó a enseñar en la sinagoga; todos los que le oían se preguntaban asombrados:
NIÑO 1: ¿De dónde saca éste estas cosas?
NIÑO 2: ¿Y qué sabiduría es ésta que le han enseñado?
NIÑO 3: ¿Y estos milagros hechos por sus manos?
NIÑO 4: ¿No es este el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago, de José, de Judas y de Simón?
NIÑO 5: ¿Y sus hermanas no viven con nosotros aquí?
NARRADOR: Y desconfiaban de él. Pero Jesús les dijo:
JESÚS: No desprecian a un profeta más que en su propia tierra, entre sus parientes y en su casa.
NARRADOR: No pudo hacer allí ningún milagro. Sólo curó algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y se extrañó de su falta de fe
Elaborado por: Fr. Emilio Díez Ordóñez y Fr. Javier Espinosa Fernández