Ago
Homilía Santo Domingo de Guzmán
Año litúrgico 2018 - 2019 - (Ciclo C)
“ Vosotros sois la luz del mundo ”
Introducción
Los santos interceden por nosotros. No es esa la principal función de ellos. Cuando la Iglesia los canoniza, es cierto que autoriza el culto de ellos, que los expongamos en un altar y les dirijamos nuestra oración. Pero son exaltados a la “santidad oficial Sobre todo para que nos sirvan de modelo. Por eso es necesario conocer su vida. Conocer cómo fueron cuando pisaron nuestro suelo.
Tenemos la suerte de contar con descripciones plenamente creíbles del perfil humano y religioso de Santo Domingo de Guzmán. Uno, debido a la sensibilidad femenina de una amiga suya, Sor Cecilia, monja que le conoció bien y escribió ampliamente sobre él; y otro a quien fue por él recibido en la Orden y luego le sucedería en el cargo de Maestro de la Orden, Jordán de Sajonia. No por proceder de personas que se sintieron atraídas por la personalidad de Domingo de Guzmán merecen menos crédito.
Santo Domingo de Guzmán rompió con la vida de canónigo en Osma para lanzarse al campo de la predicación. Ha pasado a la historia como hombre emprendedor, predicador infatigable, fundador y organizador de una Orden que pronto se extendió por el mundo. Fue un hombre sencillo con una profunda vida interior, gran ecuanimidad y compasivo.
Un retrato siempre es el modo de ver de una persona a otra. El retrato no tiene por qué ser una simple fotografía de carnet. Ni debe serlo. Unos para los otros no somos simples fotografías: nos vemos a nuestro modo. El retrato real es el que está en la mente de quien conoce a la persona. Porque de acuerdo con ese conocimiento se diseña la presencia en su vida.