Ago
Homilía Santo Domingo de Guzmán
Año litúrgico 2023 - 2024 - (Ciclo B)
“ Sois la sal de la tierra, la luz del mundo ”
Introducción
No se descubre nada nuevo al decir que los dominicos somos poco dados a crear florecillas y fábulas. Quizá sea este el motivo por el que la figura de Santo Domingo de Guzmán es poco conocida dentro de la Iglesia. Y es que el «dulce Español», como lo llamaba Santa Catalina de Siena, no despierta la devoción popular ni masivas peregrinaciones para venerar su imagen, su sepulcro y sus reliquias en la italiana ciudad de Bolonia. Es más, los lugares por donde desarrolló su ingente labor de predicación por el Mediodía francés pasan casi desapercibidos. Pero todo esto no nos debería llevar a pensar que el fundador de nuestra Orden pasa inadvertido en la Iglesia.
Santo Domingo nos dejó como legado una forma de entender la vida donde la predicación del Evangelio ha de transformar y purificar al ser humano y a la Iglesia. Por ello, en palabras del Maestro Humberto de Romans, «la vida dominicana es una de las más excelentes y nobles dentro del oficio de la predicación». Así pues, que el conmemorar y celebrar hoy a Santo Domingo, tanto en la misa como en la mesa, -que todo es necesario- nos afiance, aún más, en nuestra vocación como predicadores. Para que nuestra palabra sobre la Palabra aporte claridad y sabor a la humanidad, y podamos seguir abriendo caminos de esperanza.