Nov
Homilía XXXII Domingo del tiempo ordinario
Año litúrgico 2024 - 2025 - (Ciclo C)
Evangelio para niños
La resurrección de los muertos - Lucas 20, 27-38
En aquel tiempo se acercaron a Jesús unos saduceos, que niegan la resurrección, y le preguntaron: - Maestro, Moisés nos dejó escrito: "Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer, pero sin hijos, cásese con la viuda y dé descendencia a su hermano". Pues bien, había siete heramnos: el primero se casó y murió sin hijos. Y el segundo y el tercero se casaron con ella, y así los siete murieron sin dejar hijos. Por último murió la mujer. Cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será la mujer? Porque los siete han estado casados con ella. Jesús les contestó: - En esta vida, hombres y mujeres se casan; pero los que sean juzgados dignos de la vida futura y de la resurrección de entre los muertos no se casarán. Pues ya no pueden morir, son como ángeles; son hijos de Dios, porque participan en la resurrección. Y que resucitan los muertos, el mismo Moisés lo indica en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor "Dios de Abrahan, Dios de Isaac, Dios de Jacob". No es Dios de muertos, sino de vivos, porque para él todos están vivos.
Explicación
Ante un grupo de saduceos que niegan la resurrección de los muertos, Jesús defendió la resurrección y la vida después de la muerte. Y lo hizo convencido de que su Padre Dios no es Dios de muertos, sino de vivos. Y vivas, junto a Dios, están todas las personas que amaron y con su amor dieron vida a los demás. A Jesús siempre le interesa la vida. La de ahora y la de después.
Dibujo realizado por: Fr. Félix Hernández Mariano ( descargar la imagen )
Evangelio dialogado
Te ofrecemos una versión del Evangelio del domingo en forma de diálogo, que puede utilizarse para una lectura dramatizada.
1º.- Sabes lo que es una adivinanza, ¿verdad? Es un acertijo de palabras, una pregunta que te hace pensar. En ocasiones son divertidas. Las adivinanzas han existido desde el tiempo de Jesús. Quizás desde antes. Hoy vamos a escuchar una.
2º.- Un día se le acercó a Jesús un grupo de saduceos, líderes religiosos que no creían en la resurrección. Ellos intentaban que Jesús dijera que no existía la resurrección. Le pidieron que contestara la siguiente adivinanza diciendo:
1º.- “Maestro, Moisés nos enseñó en sus escritos que si un hombre muere y deja a la viuda sin hijos, el hermano de ese hombre tiene que casarse con la viuda para que su hermano tenga descendencia. Pues bien, había siete hermanos. El primero se casó y murió sin dejar hijos. Entonces el segundo y el tercero se casaron con ella, y así sucesivamente murieron los siete sin dejar hijos. Por último, murió también la mujer. Ahora bien, en la resurrección, ¿de quién será esposa esta mujer, ya que los siete estuvieron casados con ella?
2º.- El grupo de Saduceos se frotaba las manos de satisfacción. Y le decían a Jesús que les contestase: A ver, responde, responde ... Escuchad la contestación de Jesús:
1º.- “El matrimonio es para las personas aquí en la tierra. Pero cuando llegue el momento, aquellos que resuciten no estarán casados ni se casarán, ni tampoco podrán morir, pues serán como los ángeles. Vivirán por siempre porque son hijos de Dios.”
2º.- Jesús añadió:
1º.- “Moisés mismo nos da a entender que los muertos resucitan, pues llama al Señor "el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob". Él no es Dios de muertos, sino de vivos.
2.- Después que Jesús sabiamente contestó su adivinanza, nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
Tú y yo sabemos que Jesús nos prometió que si le amamos y confiamos en Él viviremos para siempre con Él. ¿No crees que es triste que haya personas que no creen en la resurrección y que hay vida eterna en el cielo?
Amado Padre, estamos felices hoy porque nos has prometido una vida eterna en el cielo.
Elaborado por: Fr. Emilio Díez Ordóñez y Fr. Javier Espinosa Fernández