Evangelio del día
Trigésimo segunda semana del Tiempo Ordinario - Año Impar
Del día 12 al 18 de Noviembre de 2017
“ ¡Que llega el esposo, salid a recibirlo! ”
Introducción a la semana
Volvemos al Antiguo Testamento. Esta semana leemos varios capítulos del libro de la Sabiduría, uno de los escritos más tardíos del AT, muy influido por la cultura helenista. La sabiduría se inculca sobre todo a los gobernantes, cuyo poder les viene de Dios y cuya gestión será seriamente juzgada por él. Pero todos deben aspirar a la sabiduría, que nos acerca a Dios y a su modo de regir el mundo. Los que la siguen alcanzarán la recompensa de los justos, de los amigos de Dios, cuyos sufrimientos presentes los aquilatan para su disfrute futuro en la paz definitiva, más allá de la muerte.
El autor hace un grandioso elogio de la sabiduría, cuyos atributos son un destello de Dios mismo: inteligente, santa, todopoderosa, penetrante, luminosa… (se prepara así la futura revelación de la Sabiduría encarnada, que el NT identificará con Cristo, el Hijo de Dios). Esa sabiduría es la que permite que se pueda conocer a Dios a partir de las criaturas y darle culto; los paganos se quedaron retenidos en éstas, sin trascenderlas, y por eso son responsables de su idolatría. Se menciona el castigo que sufrieron los egipcios, que no reconocieron al Dios de Israel y se atrevieron a perseguir a su pueblo.
Jesús, camino de Jerusalén, continúa dándonos una serie de enseñanzas fundamentales: condena severamente el escándalo que podemos dar a los sencillos con nuestra mala conducta; nos persuade de que, si hacemos el bien, no es por mérito nuestro, sino por don de Dios; elogia a los que saben agradecer esos dones, aunque no sean “de los nuestros”; nos asegura que el reino de Dios ya se ha inaugurado entre nosotros, aunque hemos de permanecer siempre vigilantes porque no sabemos cuando vendrá el Señor; y nos invita a ser constantes en la oración, confiando en la respuesta favorable de Dios.
Días de la semana
XXXII Domingo del tiempo ordinario Ciclo A
“¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!”
Ana Belén Cuenca
Introducción Lecturas Comentario bíblico Pautas para la homilía Infantil
Salir al encuentro del esposo, que en limpio significa interesarte decididamente por un tú, por un otro u otra, por un tú sufriente y roto, y hacerlo a la ligera, de forma improvisada, somera, voluntarista o ampulosa, pero sin hacer pie y sin tener claro desde dónde, es, ya lo dice el Evangelio, una actitud insensata y necia
"Señor, auméntanos la fe"
Fray Hermelindo Fernández Rodríguez
Fe es encontrarnos con Jesús. Escucharle como hacía María embelesada a sus pies; ir a su casa para que nos hable y nos pregunte, nos anime, nos perdone, nos libere y nos transforme
Beata Lucía de Narni
"La paga de un buen Padre a sus hijos"
Fray Manuel Santos Sánchez O.P.
“Cuando hayamos hechos todo lo que teníamos que hacer” (e incluso cuando fallemos en nuestra labor de hijos), Dios, nuestro Padre, nos seguirá dando el premio de su amistad, de su amor, de poder disfrutar de su presencia todos nuestros días. ¿Podemos recibir una paga mejor?
San Alberto Magno
"Se echó por tierra a los pies de Jesús dándole gracias"
Fr. Jesús Duque O.P.
El agradecido leproso nos recuerda que la fe en Jesús nos restaura en el pueblo de Dios y nos habilita para vivir el encuentro con él como la perenne novedad para afianzarnos en su seguimiento
"El Reino de Dios ya está entre vosotros"
D. Carlos José Romero Mensaque, O.P.
Jesús hace presente el Reino. Con Él se inaugura, pero somos nosotros los que tenemos que construirlo con Su Gracia, recibida en el Pentecostés de nuestro bautismo y confirmación
Santa Isabel de Hungría
"El que pierda su vida, la salvara"
MM. Dominicas
Hay que huir de esa religión que es evasión y éxtasis y permanecer a la espera de Dios. Creo que eso pretende transmitir esa frase tan dura que pronuncia Jesús al final del Evangelio de hoy: “donde está el cadáver, se reunirán los buitres”.
"Es necesario orar siempre, sin desfallecer"
Hna. Águeda Mariño Rico O.P.
Somos testigos de cómo Dios actúa en el mundo y la oración nos ha de llevar a vivir con confianza, con una actitud de esperanza y comprometidos con ese bien común que implica también morir a mi egoísmo y querer el bien no para mí sino para todos