Evangelio del día
Decimoquinta semana del Tiempo Ordinario - Año Impar
Del día 16 al 22 de Julio de 2017
“ Así será mi palabra, que sale de mi boca: no volverá a mí vacía ”
Introducción a la semana
Los relatos de los patriarcas (Génesis) enlazan con la epopeya del Éxodo, de la que nos hablará la liturgia durante varias semanas. No olvidemos que son estos acontecimientos los que marcaron de modo indeleble el porvenir de Israel (y los que nosotros recordamos como parte de nuestra propia historia y símbolo del itinerario de nuestra fe). El pueblo que un día pidió asilo en Egipto se fue multiplicando y –podemos suponer- vivió mucho tiempo en buena vecindad con sus anfitriones.
Pero, al cabo de los siglos, ese pueblo aparece oprimido y explotado por el mismo poder que lo había acogido y que ahora pretende incluso exterminarlo. Dios va a intervenir para liberarlo “porque sí”, únicamente por amor. Lo va a hacer gradualmente: primero, entra en escena el que será mediador de esa liberación, Moisés, salvado providencialmente de la muerte, como preludio de la salvación de su pueblo; más adelante, tendrá lugar su encuentro inesperado y misterioso con el “Dios de los padres” y la revelación que éste hace de su nombre; revelación unida a la misión que Dios confía al elegido: sacar a los israelitas de Egipto. Después de numerosas vicisitudes, llega el día de la liberación –de la Pascua-, en que el pueblo abandona definitivamente el país de la esclavitud para dejarse guiar por su Dios hacia la tierra de la libertad.
Destaca, como vemos, la gratuidad del proyecto liberador de Dios, sensible al “clamor de los israelitas”. Para llevarlo a término escoge a un simple pastor, además prófugo del tirano, para poner de manifiesto que no se trata de una hazaña humana, sino de un don divino, que sólo pide confianza y obediencia. El mismo nombre de Dios (“Yahvé”, en hebreo) expresa lo que él es para nosotros: “El que estaré (con vosotros)”. Su presencia, con frecuencia desconcertante, es siempre providente y fuente de libertad.
En las lecturas evangélicas, Jesús exige una opción radical, por encima de lazos familiares, a quien quiera seguirle; y lamenta la cerrazón de aquellos que no quisieron recibirlo. El Espíritu de Dios reposa sobre él; por eso se alegra íntimamente de que sean los sencillos los que aceptan su mensaje, ofrece el hogar de su corazón compasivo a los atribulados y proclama que el ser humano es más sagrado que el sábado.
Días de la semana
XV Domingo del Tiempo Ordinario Ciclo A
“Así será mi palabra, que sale de mi boca: no volverá a mí vacía”
D. Ignacio Antón O.P.
Introducción Lecturas Comentario bíblico Pautas para la homilía Infantil
La parábola del sembrador sigue siendo para nosotros hoy la invitación de Jesús a vivir como él, movidos por su mismo Espíritu: con esperanza, fiándose de Dios y no de las apariencias, y con fidelidad, haciendo frente a las adversidades.
Beato Ceslao de Polonia
"El que pierda su vida por mí, la encontrará"
Fray Hermelindo Fernández Rodríguez
La paz de Jesús es muy activa. Una paz basada en amar y dejarse amar; en perdonar y pedir perdón; en comprometerse a favor de la solidaridad; en hacer el bien a los demás y en orar a Dios como padre; en sentirnos hijos que viven y practican las bienaventuranzas; en no tener miedo y sí tener mucho respeto a todos, incluidos los distintos.
San Bartolomé de los Mártires
"Humildes, buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón"
Fray Manuel Santos Sánchez O.P.
Jesús, siendo el Hijo de Dios, por el gran amor con que nos amó, fue capaz de llegarse hasta nuestra tierra para ofrecernos su buena noticia, para ponernos en bandeja el mensaje en el que nos indica cómo hemos de vivir para disfrutar del gozo de vivir y llegar, después de nuestra muerte, a la resurrección de una vida de total felicidad
"Estas cosas las has revelado a la gente sencilla"
Fr. Jesús Duque O.P.
El discípulo del Señor, el que busca y acoge su palabra, vive su relación con el Maestro como gracia, y ante la grandeza del Reino que lo desborda, escucha y confía
"Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré"
D. José Vicente Vila Castellar, OP
Jesús nos invita a ser como Él, sencillos y no resentidos, personas con un recto obrar, sin dobleces o malas intenciones, claros, en nuestra relación con los demás. Que le imitemos a Él, que tomemos su yugo que es llevadero, y su carga que es ligera
"Misericordia quiero y no sacrificios"
Monjas Dominicas Contemplativas
Jesús, desde el inicio de su predicación nos reveló que Dios es Amor, por ello los hombres debemos poner, como fundamento de nuestra vida, este Amor de Dios, y no la Ley
Santa María Magdalena
"¿A quién buscas?”"
Hna. Mariela Martínez Higueras O.P.
El encuentro con Jesús nunca queda reducido al ámbito de lo personal. La alegría que genera esa experiencia se desborda y se contagia a otros, convirtiéndose en anuncio de “Buena Noticia”