Evangelio del día
Trigésimo tercera semana del Tiempo Ordinario - Año Impar
Del día 19 al 25 de Noviembre de 2017
“ Eres un empleado fiel y cumplidor ”
Introducción a la semana
Esta semana la ocupan fragmentos de los dos libros de los Macabeos, escritos que hablan sobre todo del reinado cruel de Antíoco IV Epífanes, a mediados del siglo II antes de Cristo. Hay una confrontación violenta entre el judaísmo más tradicional y las costumbres del helenismo que impone el rey y a las que se pliega gran parte del pueblo apóstata. Respetar contra viento y marea las prescripciones de la ley judía les cuesta la vida a muchos israelitas fieles; entre ellos, al anciano Eleazar y a los siete hermanos macabeos con su madre: páginas trágicas y admirables de fe heroica en el Dios de Israel, que se han considerado preludio elocuente del martirio cristiano. En labios de aquella madre ejemplar aparecen, además, dos grandes verdades de fe: la creación “de la nada” y la resurrección de los que murieron por mantenerse fieles a sus convicciones. La purificación y consagración del templo, después de una sonada victoria sobre los enemigos, es un símbolo de la restauración de las antiguas tradiciones patrias. El mismo rey Antíoco morirá triste y deprimido, reconociendo sus excesos con los judíos.
Siguen narrándose los signos mesiánicos de Jesús: abre a un ciego no sólo los ojos del cuerpo, sino los de la fe; provoca en el publicano Zaqueo una conversión magnánima; corrige la precipitada expectación de los que piensan que la venida definitiva del Señor será inminente y triunfal y no hacen fructificar cada día los dones de Dios; predice la destrucción de Jerusalén por no haber querido acoger su palabra; enseña en el templo, a pesar de que la amenaza de los dirigentes del pueblo se cierne sobre él; y responde a la pregunta irónica de los saduceos afirmando el verdadero sentido de la resurrección.
Días de la semana
XXXIII Domingo del tiempo ordinario Ciclo A
“Eres un empleado fiel y cumplidor”
Fray Manuel Santos Sánchez O.P.
Introducción Lecturas Comentario bíblico Pautas para la homilía Infantil
No tengamos nunca miedo a los que nos aman, a Jesús y a nuestro Padre Dios; y no seamos holgazanes, invirtamos nuestra vida en el amor, amando a Dios y a nuestros hermanos y hermanas, la única manera de sacar rendimiento a nuestra existencia
"¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!"
Fray Hermelindo Fernández Rodríguez
Bartimeo, haciendo caso omiso de los que le aconsejaban silencio y resignación, optó, como los niños, por gritar hasta que Jesús se fijara en él. ¡Estaba en juego su vida! Y la ganó, como todos los que se encontraron con Jesús y apostaron por él
Presentación de la Santísima Virgen
"Hoy ha sido la salvación de esta casa"
Fray Manuel Santos Sánchez O.P.
Jesús, como los buenos médicos, busca a los múltiples y variados enfermos aquejados de diversas enfermedades, como la falta de luz, de sentido, de esperanza, o la sobredosis de ansia de dinero, de prestigio, de odio, de venganza… Para ello nos ofrece una medicina que solo Él posee, la medicina de su amor, de su perdón, de su comprensión, de su pan de vida
Santa Cecilia
"El Creador os devolverá el aliento y la vida"
Fr. Jesús Duque O.P.
El Señor, y la vida, premiará a los fieles, los que han entendido que la vida es la privilegiada plataforma de dar gloria a Dios contribuyendo con lo que son y lo que tienen con la misma vida compartida con los iguales, peregrinos y buscadores como todo creyente
"¡Si al menos tú comprendieras en este día lo que conduce a la paz!"
D. José Vicente Vila Castellar, OP
Aprendamos, pues, como dice Jesús, a ser como Él mansos y humildes de corazón, constructores de la paz, sembradores de concordia, heraldos del amor
San Ignacio Delgado y cc.mm.
"Mi casa es casa de oración"
Monjas Dominicas Contemplativas
Jesús nos muestra a Dios como el que ama, y el poder de Dios como el poder del amor. Así nos dice qué es lo que forma parte, para siempre, del verdadero culto a Dios: el Amor, el servicio y la misericordia
Beata Margarita de Saboya-Acaya
"No es Dios de muertos, sino de vivos"
Hna. Mariela Martínez Higueras O.P.
La muerte no puede destruir el amor y la fidelidad de Dios hacia ellos. Cuando lloramos a los que hemos perdido, Dios los contempla llenos de vida porque los ha acogido en su amor de Padre