Evangelio del día
Vigésimo primera Semana del Tiempo Ordinario - Año Impar

Del día 21 al 27 de Agosto de 2011

“ ¿Quién dice la gente que soy yo? ”

Introducción a la semana

Volvemos esta semana a las lecturas del Nuevo Testamento. Esta alternancia de los dos testamentos nos permite percibir la continuidad y el progreso que se da en los textos de la Revelación. Todos son patrimonio de nuestra fe y van recorriendo las etapas de la única historia de la salvación. Pero podemos apreciar fácilmente los diversos acentos que predominan en unas u otras de esas etapas, en función de la diversidad de situaciones y de la evolución de la humanidad. No podemos olvidar ese contexto.

La carta primera a los Tesalonicenses es el primer escrito de Pablo y de todo el Nuevo Testamento. Comienza con ella la reflexión cristiana sobre el legado de Jesús. El Apóstol elogia la fe de los fieles de Tesalónica y da gracias a Dios por ello. Han recibido gozosamente el Evangelio y mantienen con vigor su adhesión a él, a pesar de las dificultades que tienen que soportar. Él mismo se ha volcado con esta comunidad, a la que ha amado entrañablemente como un padre a sus hijos. Y ahora se siente feliz al ver los resultados. Es el gozo del apóstol, que se deja la vida en su tarea y, aunque lo hace desinteresadamente, disfruta comprobando que su esfuerzo no ha sido en vano. Pero los exhorta a no decaer, a seguir llevando una vida ejemplar a los ojos de Dios, basada en el amor fraterno y en una honrada laboriosidad.

Por el contrario, Jesús se queja amargamente de la hipocresía de los letrados y fariseos, que se negaron a recibir su mensaje. Se preocupaban de lo externo, de los detalles más nimios, de la exactitud de los ritos, descuidando actitudes profundas como la compasión o la sinceridad. De ahí que exhorte a todos a estar en vela, a no descuidarse, a administrar bien los propios talentos, a no olvidar la seriedad de nuestro destino eterno.

En el santoral celebramos a Sta. Mª Reina (la Virgen glorificada después de su Asunción); santa Rosa de Lima, joven dominica de ascendencia española, patrona de América; san Bartolomé (o Natanael), apóstol de Jesús; santa Teresa Jornet, fundadora de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados; santa Mónica, madre de S. Agustín.