Evangelio del día
Octava semana T.O. - Inicio de la Cuaresma - Año Impar
Del día 3 al 9 de Marzo de 2019
“ Lo que rebosa del corazón, lo habla la boca ”
Días de la semana
VIII Domingo del tiempo ordinario Ciclo C
“Lo que rebosa del corazón, lo habla la boca”
Fray Vito T. Gómez García O.P.
Introducción Lecturas Comentario bíblico Pautas para la homilía Infantil
El corazón es el motor de la vida espiritual y ha de mantenerse siempre sano, en sintonía y unión con la voluntad de Dios y en solidaridad de amor para con los semejantes.
San Casimiro
"Si vuelves al Señor y me sigues, tendrás un tesoro en el cielo"
Fray Emilio García Álvarez O.P.
Si nos desprendemos generosamente de lo que tenemos es para poder seguirle más ágilmente, sin tanto bagaje superfluo. Se trata de imitar su estilo, lo que fue su vida, sencilla, austera, de entrega a los demás, nacida de su intimidad con Dios y de su amor a todos
"Los primeros serán los últimos y los últimos los primeros"
MM. Dominicas
Pidamos al Señor nos conceda la gracia de vivir en constante vigilancia para que nuestra entrega nazca de un corazón puro, libre de todo miramiento humano
Miércoles de Ceniza
"Reza a tu Padre, que está en lo escondido"
Hna. Águeda Mariño Rico O.P.
Convertirse, hacer oración, ayuno y dar limosna, pasan por el momento de descubrir quién soy, quién es mi hermano, verme y verle con el corazón de Dios, demostrarlo y descubrirlo amando en el pequeño momento de cada hoy
"Quien pierda la vida por mi causa se salvará"
Fray Alexis González de León O.P.
Oremos juntos para que sepamos escoger la vida y el bien. Que toda renuncia que emprendamos, en nombre de Cristo, sea desde el convencimiento de que el amor de Dios nos sostiene en nuestra libertad
"¿Por qué tus seguidores no ayunan?"
D. Félix García O.P.
No se puede ayunar mientras el esposo, está presente. No necesitas penitencia si Dios está contigo, llenando tu vida. Si la necesitas si te alejas de Dios, si deja de ser el centro de tu vida. Entonces sí necesitarás vivir la penitencia para recuperar de nuevo la presencia del esposo. Dios está siempre esperando con los brazos abiertos, esperando pacientemente a que tú quieras refugiarte en ellos