Evangelio del día
Decimocuarta semana del Tiempo Ordinario - Año Impar
Del día 3 al 9 de Julio de 2011
“ Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. ”
Introducción a la semana
Dejábamos la semana pasada a Jacob (= “el suplantador”) robándole la bendición paterna a su hermano. A pesar de todo, Dios hace alianza con él, prometiéndole una tierra y una descendencia. Y, después de una misteriosa escena de lucha física con él, le cambia el nombre: en adelante se llamará Israel (= “fuerza de Dios”), símbolo de un destino nuevo, confirmado por una nueva bendición que legitima la anterior. Los caminos de Dios con frecuencia nos desconciertan y sólo se nos pide confianza total en su misericordia y su fidelidad.
El llamado “ciclo de los patriarcas” culmina con los relatos sobre la vida de José, el hijo tan llorado por Jacob (desde que sus hermanos lo vendieron y lo hicieron desaparecer). También aquí resplandecen los planes de Dios, que ha provisto al futuro de su pueblo a través de este hijo ignorado, convertido ahora en el bienhechor insospechado de los mismos que quisieron acabar con él. Escenas maravillosamente narradas de una reconciliación definitiva, de una conversión sincera de la que nunca se puede desesperar. La acogida providente de toda la familia de Jacob en Egipto –inmigrantes en un país extraño- será el comienzo de una larga y pacífica convivencia. Servirá también de puente entre el pasado remoto de Israel y la epopeya del Éxodo, referencia decisiva en la historia del pueblo elegido (cuando aquella convivencia se torne opresión y esclavitud).
Los fragmentos del evangelio de Mateo nos presentan a Jesús entregado al ejercicio de la predicación, a la selección de sus colaboradores en esa tarea y a la formación de los mismos para desempeñarla con la mayor fidelidad. Es una palabra bienhechora y medicinal, signo de un corazón compasivo y de la cercanía del Reino; es gratuita y portadora de paz, aunque suscitará odio y persecución; es sagaz y sencilla, por el Espíritu que la inspira en los labios de quien la profiere; es clamorosa y audaz, desprovista de miedo y fiada en la providencia. Es, en fin, la del discípulo que se asemeja a la de su Maestro.
Días de la semana
XIV Domingo del tiempo ordinario Ciclo A
“Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. ”
Fr. Samuel Leiva O.P.
Introducción Lecturas Comentario bíblico Pautas para la homilía Infantil
San Valentín de Berrio-Otxoa
"No os dejaré huérfanos. Estaré siempre con vosotros hasta la consumación de los siglos"
Fray Manuel Santos Sánchez O.P.
"Desde ahora te llamarás Israel"
Fray José Rafael Reyes González
"Id y proclamad que el Reino de los cielos está cerca"
Hna. María Pilar Garrúes El Cid
"Id y proclamad que el Reino de los cielos está cerca "
Fray Hermelindo Fernández Rodríguez
"No seréis vosotros los que habléis, el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros"
Comunidad El Levantazo
San Juan de Colonia y compañeros mártires
"No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma."
Monasterio Ntra. Sra. de la Piedad - MM. Dominicas