Evangelio del día
Segunda Semana de Pascua
Del día 8 al 14 de Abril de 2018
“ ¡Dichosos los que no han visto y han creído! ”
Introducción a la semana
Se cierra la octava pascual y se abre un estimulante camino que lleva consigo el impulso de la nueva vida que nos ha ganado ‘el que vino con agua y con sangre’. Y decir Segundo Domingo de Pascua es hablar de Tomás, el punto de apoyo para sentirnos todos dichosos por creer sin haber visto. Otros nuevos títulos que ha recibido este domingo no lo hacen más grande, porque le sobra luz resucitada y fuerza de comunión como pueblo rescatado, aspectos que resaltan las primera y segunda lecturas.
Los Hechos de los Apóstoles surten de vivencias comunitarias y pascuales en la primera lectura de toda esta semana y durante gran parte de la época pascual. La valentía que infunde el Espíritu hace posible lo imposible: que de un grupo débil, perseguido, martirizado… surja el anuncio de esperanza y salvación para toda la humanidad, sea de la raza y lengua que fuere. Que un puñado de buscadores de Dios se sientan ‘pueblo’ y ámbito humano donde se articula al modo del Espíritu la familia de los hijos de Dios. Comunión de bienes, vidas complementadas, persecución y, aún así, más confianza en un Dios que nos ha dicho quién es en su Hijo muerto y resucitado. Reclamar la condición de testigos de quien, por obedecer a Dios, nos ha devuelto a la vida, y trufar esta reclamación con orgullo y alegría de sabernos capaces del evangelio. El sábado subraya la servicialidad pascual de la comunidad con la elección de los siete varones colaboradores de la predicación.
Los evangelios de esta semana, a su vez, fragmentan el bello y profundo diálogo con Nicodemo. Son palabras que suenan nuevas, radiantes, provocadoras y no dejan indiferente a todo el que busca el rostro de Dios: nacer de nuevo, ver el Reino de Dios, brotar del agua y el Espíritu, caer genuflexos ante tanto amor demostrado por Dios Padre a este mundo nuestro, estar ciertos de nuestra salvación no de nuestra condena, apostar por la luz, enamorarse de la verdad que encarna de manera tan servicial y admirable el Resucitado. Son frutos pascuales, sazón del Espíritu, cosecha que acopia todo el que deja que la Palabra de Jesús vaya por delante de uno mismo. Concluye la semana con un hermoso punto de apoyo para el no menos bello discurso del pan de la vida: la multiplicación de los panes y peces, paradigma de la enormidad de muchos pocos.
Días para salir de la tiniebla de cada uno y entrar en la luz maravillosa de un Dios que nunca nos deja de su cariñosa mano. ¡Estamos en las mejores manos!
Días de la semana
II Domingo de Pascua Ciclo B
“¡Dichosos los que no han visto y han creído!”
Fr. Rafael Colomé Angelats O.P.
Introducción Lecturas Comentario bíblico Pautas para la homilía Infantil
¡Dichosos los que no han visto y han creído! Es Jesús resucitado quien, por su Divina Misericordia, atraviesa los muros que nos impiden creer y se nos presenta vivo en nuestras vidas, en un encuentro personal y palpable
Anunciación del Señor
"Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo"
Hna. Carmen Román Martínez O.P.
María es llamada por Dios para una misión. Ella es la discípula que desde el comienzo acoge el Misterio de su Hijo en una actitud de obediencia, disponibilidad y aceptación
Beato Antonio Neyrot
"Si no creéis cuando os hablo de la tierra, ¿cómo creeréis cuando os hable del cielo?"
Fray Alexis González de León O.P.
Es el momento de analizar en qué medida nuestros resabios nos impiden creer en las cosas de Dios. En la medida en que me impida creer en un hermano me impedirá creer en Dios. Los resabios impiden ver la novedad del otro y de Dios en mi vida. La Resurrección es el momento de desprenderme de ellos
San Estanislao de Cracovia
"Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo"
D. Carlos José Romero Mensaque, O.P.
El juicio del que nos habla el texto será un Juicio de Amor. Y el Amor es siempre compasivo, paciente y da testimonio de la Verdad e invitando al sí de la Luz y a rechazar las tinieblas de las verdades del Pilato que hay en cada persona
"El que Dios envió habla las Palabras de Dios"
Fray Manuel Santos Sánchez O.P.
Tenemos que escuchar sus palabras, que son “las Palabras de Dios”. Están muy por encima de las más sabias palabras de un hombre. Son palabras que giran en torno a nuestra vida humana, que quieren arrojar luz y desentrañar los interrogantes más importantes de nuestra existencia
"Jesús tomó los panes y los repartió a los que estaban sentados"
Fr. Jesús Duque O.P.
El verdadero alimento lo ofrece el Maestro con las Palabras que ha oído del Padre y con la versión vital que él mismo hace hasta llegar a la cruz. Jesús es el verdadero anfitrión de la gran mesa de la vida, él mismo la sirve (él mismo se nos sirve) para que su alimento sea siempre fuente de vida y misericordia: se da gratis y con sobrada generosidad
Beato Pedro González Telmo O.P.
"Soy yo, no temáis"
Monjas Dominicas Contemplativas
Al contemplar lo que nos rodea, descubrimos a Jesucristo a nuestro alrededor, a Cristo resucitado en los acontecimientos y con Él, que es el mejor aliado no hemos de temer, porque está con nosotros siempre