A continuación les ofrecemos una entrevista sobre Bartolomé de las Casas realizada a fr. Ramón Hernández O.P., historiador especialista en Francisco de Vitoria y el eco que el descubrimiento de América tuvo en el pensamiento jurídico y teológico Europeo a través de la Escuela de Salamanca.
P. Me he interesado últimamente por la figura del dominico fray Bartolomé de Las Casas. Por Internet he visto que Vd. ha escrito bastante sobre este personaje. Me interesa saber si le atrae de verdad Bartolomé de Las Casas y cuál es su opinión en algunos puntos muy concretos sobre el llamado “Defensor de los Indios”.
Fr. Ramón Hernández O.P. En realidad he hablado y he escrito más sobre Francisco de Vitoria y sobre Domingo de Soto que sobre Bartolomé de Las Casas, y los dos primeros han entrado de lleno en mi enseñanza de la historia de la teología en la Facultad de Teologia de San Esteban de Salamanca. De Vitoria la última vez que me expresé ampliamente sobre su personalidad fue en Francisco de Vitoria, vida y pensamiento internacionalista, BAC, Madrid 1995. Acerca de Soto escribí no hace mucho Domingo de Soto, O. P., Relecciones y opúsculos IV…, Ed. San Esteban, Salamanca 2003; contiene este volumen los textos de Soto, con mis introducciones y notas, de dos relecciones (Sobre el mérito de Cristo y Sobre las indulgencias) y tres opúsculos (Notas al Comentario de Juan Fero al Evangelio de San Juan, Apología sobre la certeza de la gracia y Sermón sobre el juicio final). Por supuesto que responderé a sus preguntas; intentaré satisfacerle en cuanto al contenido y en cuanto al modo que Vd. desea.
P. He leído que se ha dado comienzo a un proceso de beatificación de fray Bartolomé de Las Casas. Yo creo que se tiene bien merecida la elevación a los altares. Me preocupa, no obstante, que no se haya pretendido algo similar sobre Francisco de Vitoria, del que tanto ensalza Vd. sus virtudes.
R.H. En mis conversaciones con Lascasianos puros, que ven todas las virtudes cristianas en grado heroico en Fray Bartolomé, y que no quieren abrir sus ojos para verlas en Francisco de Vitoria, les dije varias veces que son dos figuras que se completan no sólo en la doctrina, sino también en la vida heroica de las virtudes cristianas. Por ello se deberían llevar juntas las dos causas. Me atreví incluso a advertirles que una causa no triunfará sin la otra, pero me di cuenta de que no estaban por la labor.
P. ¿Qué autores me recomienda, que hayan estudiado seriamente y sin prejuicios la personalidad de Bartolomé de Las Casas.? Quiero conocer lo mejor posible esta gran figura de la historia de España y de la Iglesia. Tráteme de tú, por favor. Considéreme como un discípulo que pregunta a su maestro.
R.H. Para otras veces puedes también tutearme. Como me preguntas por autores, te voy a mencionar un conjunto de ellos. Lo de “sin prejuicios” es difícil asegurar. Todos creen que lo hacen sin prejuicios. La mayor parte de ellos son favorables; algunos contrarios. Al final te diré los nombre de los “lascasiasnos puros o redivivos”, pero sin prejuicios. Nombres favorables y adversos: Manuel Giménez Fernández, Lewis Hanke, Raimundo Marcus, Benno Biermann, Ángel Losada, Juan Pérez de Tudela Bueso, Silvio Zavala, Agustín Millares Carlo, Paulino Castañeda, Pedro Borges, Jesús Ángel Barreda, Miguel Ángel Medina, Lorenzo Galmés, Álvaro Huerga y muchos más. Como Lascasianos puros o redivivos: Manuel Martínez, André Vincent, Helen Rand Parish, Isacio Pérez Fernández. A todos los citados los he estudiado con gran atención y creo que los recomiendo con conocimiento de causa.
P. De todos esos autores ¿quién y qué obra de él le impresionó más o fue el impulso decisivo para dedicar parte importante de su tiempo al estudio de Las Casas?
R.H. La primera obra que leí sobre Bartolomé de Las Casas fue la de Manuel Martínez, O. P, Fray Bartolomé de Las Casas “Padre de América”, Madrid 1958, y más tarde la de Ángel Losada, Fray Bartolomé de Las Casas a la luz de la moderna crítica histórica, Madrid 1970. Las dos obras fueron para mí muy impulsivas para interesarme por este gran personaje. Traté también bastante a sus autores para centrarme en el protagonista común de nuestras inquietudes.
P. Para un pequeño diccionario, destinado al gran público ¿cómo presentaría Vd. en treinta líneas a Fray Bartolomé de Las Casas? Quiero en este momento ideas más que cronologías.
R.H. Sevillano, hijo de un compañero de Cristóbal Colón en su segundo viaje a Las Indias, acompañó a su padre en la expedición de Ovando de 1502. Tuvo una encomienda de indios, que empleó en su labranza. Ordenado de sacerdote en Roma, vuelve a Las Indias, donde continúa en posesión de una encomienda. Él mismo confiesa que hizo trabajar duro a sus indios, siguiendo las condiciones de trabajo de su lugar y tiempo, aunque no los maltrató ni los castigó abusivamente. En 1512 interviene en la conquista de Cuba como capellán del conquistador Diego Velázquez, recibiendo también encomienda de indios. Lo que él llama su “conversión” tuvo lugar el 15 de agosto del 1514. Se venía madurando desde las navidades de 1510, en que oyó predicar al dominico fray Pedro de Córdoba; el sermón del también dominico fray Antón Montesinos en el adviento del año siguiente fue el segundo aldabonazo en la conciencia del clérigo Bartolomé de Las Casas sobre la condición humana libre y sobre la vocación a la fe cristiana y a la santidad de los indios. La conversión de Las Casas con ese fondo luminoso de humanismo y cristianismo fue sincera y plena: ¡por el ideal hasta la muerte! Testigo directo de los acontecimientos que describe, medita sus consecuencias y su trascendencia, bajo el punto de vista humano y evangélico; los hace suyos, y decide consagrar su vida por entero, hasta el heroísmo, a resolverlos, atacando los vicios desde su raíz, urgiendo los remedios oportunos a las más altas y responsables autoridades. Se hizo dominico, consiguiendo una buena formación teológica y jurídica, que empleará en ese ideal de defensa de los indios. Obispo de Chiapas, utilizará esa dignidad para dar mayor eficacia al ideal de su vida. Morirá en España, en Madrid, adonde vino para asediar a la corte con memoriales y propuestas de liberación de los indios de las manos de los encomenderos y conseguirles la categoría de ciudadanos libres, dependientes directamente como los españoles de la autoridad del Rey. Sus libros versan todos sobre esa misma cuestión. Algunos títulos: De unico vocationis modo, Tratados de 1552, De thesauris, Historia de las Indias, De regia potestate, Diario del primero y segundo viaje de Colón, Apología contra Sepúlveda, Apologética Historia, Memoriales y Cartas.
P. ¿Cuáles son en concreto las denuncias de Fray Bartolomé de Las Casas frente a los conquistadores y encomenderos?
R.H. Bartolomé de Las Casas ante los conquistadores denuncia que todas sus guerras son injustas, pues los indios estaban pacíficamente en legítima posesión de sus territorios; por consiguiente uno de sus gritos será: ¡fuera las guerras de conquista! A los colonos y encomenderos los condena conjuntamente, pues el sistema de colonización de esos primeros decenios se basaba en la encomienda, que era injusta, y conducía de ordinario a la esclavitud o casi esclavitud; que condenaba a los indios a trabajos obligatorios muy duros, con muy malos tratos, y les privaba o limitaba excesivamente su libertad e impedía su educación cristiana. Los derechos humanos en general, y religiosos en particular, de los indios aparecían así manifiestamente conculcados.
P. Una pregunta atrevida en esta muy atrevida entrevista en torno a Fray Bartolomé: admiro a Las Casas, pero no puedo perdonarle que por amor a los indios haya humillado tanto a los negros, metiendo tesoneramente en la mente de los encomenderos españoles la idea de llevar como esclavos a América a los negros de África, pues éstos son más fuertes que los indios y por ello más indicados para los duros trabajos de las minas y de los ingenios de la caña de azucar.
R.H. No es verdad lo que se ha dicho muchas veces: que Bartolomé de Las Casas fue el iniciador del envío de esclavos a América. La primera vez que interviene en esto el P. Las Casas fue en 1516, pero ya existía ese negocio desde 1501. Las Casas pidió ese tipo de licencias al gobierno de España, pero las pidió como mandatario de algunos encomenderos, no para sí mismo. Lo aceptó, como él dice que le prometieron los encomenderos, para poder dejar libres a los indios e impedir la despoblación india que avanzaba muy notablemente. Los encomenderos no cumplieron su palabra de dejar libres a los indios, lo que disgustó mucho a Las Casas. En su Historia de las Indias, libro tercero, capítulo 102, lo expone claramente y hace manifiesto su arrepentimiento. A partir de entonces comenzó a defender también a los negros, porque comprendió que era “tan injusto el captiverio de los negros como el de los indios”.
P. Los derechos humanos es uno de los temas más sobresalientes de sus escritos. Me interesan también otros, como el sistema misional de Las Casas, su veracidad como historiador, etc. Ahora mi pregunta es: ¿dijo Las Casas algo nuevo en este campo y sirvieron para algo sus proclamas sobre el particular?
R.H. Desde sus primeras obras (De unico vocationis modo…) hasta las últimas (De regia potestate…, De thesauris…) la igualdad en dignidad de todos los hombres es defendida por Las Casas contra los que en su tiempo y en los posteriores despreciaban y consideraban inferiores a los de otras razas y culturas. Esto fue una revolución. Esto pertenece hoy al patrimonio de la Humanidad, y es necesario recordarlo siempre, porque también hoy muchos hombres y entidades lo olvidan. Yo podría ofrecerte un elenco de derechos humanos proclamados por Fray Bartolomé, que hoy suscriben la generalidad de los hombres de estudio y de gobierno. Se pueden encontrar en la página web de los dominicos y en mi página personal.