Cuando el 23 de mayo de 1498 los tres dominicos, entre ellos Savonarola, condenados a muerte por herejía el día anterior, fueron estrangulados y sus cuerpos quemados en la plaza de la Signoría, muchos florentinos y Prelados de la Curia romana pensaron que la cuestión savonaroliana había quedado definitivamente zanjada.
¿Hereje o Santo?
Jerónimo Savonarola, o Jerónimo de Ferrara, había nacido en esta última ciudad italiana el 21 de septiembre de 1452. A los 20 años ya compuso el poema De ruina mundi sobre los vicios y la corrupción moral. Dos años después, un sermón oído a un agustino acabó de decidirle a abandonar el mundo y el 24 de abril de 1475 marchó de su casa y tomó el hábito dominicano en el Convento de San Domenico en Bolonia. Este mismo año compuso De ruina Ecclesiae. Emitió sus votos como religioso el 28 de abril de 1476, siendo ordenado sacerdote a fines del año siguiente.
En 1478 fue enviado a Ferrara en calidad de Maestro de novicios y en mayo de 1482 es destinado a Florencia, al Convento perteneciente a la Congregación lombarda, que aspiraba a la vivencia de una vida religiosa dominicana observante como reacción a la relajación existente. En él, como Lector, enseñó la Biblia en su Estudio General.
En 1484 tiene la visión de un próximo «flagello» para la Iglesia. Al año siguiente predica la Cuaresma en la Colegiata de San Geminiano contra los vicios reinantes. Y en el posterior 1486, predicando de nuevo la Cuaresma en el mismo templo, anuncia que la Iglesia sería castigada, pero que al castigo seguiría la renovación.
En el período 1488-90 es predicador itinerante por algunas ciudades de la Italia septentrional (Ferrara, Brescia, Pavia, Génova). Y a petición de Lorenzo el Magnífico, se le volvió a asignar a San Marcos de Florencia que, como fundación de Cosme el Viejo, consideraban los Médicis como un bien patrimonial suyo.
En un principio no se dedicó a la predicación, sino a la enseñanza; y así empezó la explicación del libro del Apocalipsis, desarrollando el tema de la reforma de la Iglesia, iniciándose unnuevo período de su vida y de la historia de Florencia. Durante el Adviento siguiente pronunció un sermón fustigando los vicios (avaricia, usura, juego, etc.) de la ciudad, manifestándose abiertamente hostil al gobierno de los Médicis.
Fue elegido Prior de San Marcos en julio de 1491. La de Lombardía era una de las Congregaciones dominicanas de observancia más florecientes, pero él quería más y para ello pensó formar una Congregación autónoma con algunos Conventos identificados con sus planteamientos. En 1492 consiguió el apoyo de las autoridades florentinas, incluso el de Pedro de Médicis, y el 22 de mayo de 1493 fue firmado por el Papa Alejandro VI el breve de separación.
Creada la Congregación de San Marcos, celebró su primer Capítulo en 1494 y en él Jerónimo fue elegido Vicario General, desarrollando sus ideas de reforma de pobreza absoluta, observancia estricta,...; en pocas palabras, una vuelta a lo que se consideraba el más genuino espíritu de santo Domingo de Guzmán. Característica peculiar de estos Conventos fueron las prácticas piadosas de carácter eminentemente afectivo, que están expresadas iconográficamente por ejemplo en la deliciosa ronda de santos y ángeles de uno de los Juicios del Beato Angélico —el dominico pintor fray Juan de Fiésole— en que aquéllos se dirigen al Paraíso danzando y cogidos de la mano.
En la Cuaresma de 1493, Savonarola comenzó a desarrollar sus doctrinas religioso-políticas predicando sobre el salmo Ecce quam bonus en una serie de sermones, en los que además atacó a los malos Prelados, a los abusos introducidos en la Iglesia y a los príncipes tiranos.
Los Médicis fueron expulsados de Florencia. El posterior 7 de diciembre de 1494 solicitó en un sermón una radical reforma política. La constituida Liga Santa, al declararse enemiga de la permanencia de los franceses en Italia y favorable al restablecimiento de los Médicis, enfrentó al fraile con el Papa. Y así a lo largo de 1495 —concretamente entre julio y octubre— tuvieron un intercambio epistolar en el que Alejandro VI le intimó a suspender su actividad predicadora. En aquel agosto compuso su Compendio di rivelazioni. El 16 de octubre, ante la desobediencia del fraile, el Papa le confirmó la prohibición de predicar en público.
Posteriormente a petición del Consejo de los Diez, Alejandro VI le autorizó a predicar. En este tiempo compuso su De simplicitate christianae vitae y otras obritas espirituales. Pero se le atacó en lo que le era más doloroso, pues el Papa suprimió la Congregación de San Marcos para formar con sus Conventos y otros de distintas procedencias, una nueva Congregación toscanoromana de observancia el 7 de noviembre de 1496.
En la Cuaresma posterior, más fuerte que nunca, predicó abiertamente contra los grandes escándalos de la sociedad romana y del Papa, quien el 12 de mayo lo excomulgó por herejía y por desobediencia a su orden de constituir la nueva Congregación. En esta época hay que datar su De veritate prophetica y otros escritos espirituales.
Entre enero y marzo de 1498 compuso su Trattato circa il reggimento e governo della cittá di Firenze, reemprendiendo el 11 de febrero sus predicaciones en la catedral. El 2 de marzo, el Cabildo le negó dicha cátedra y los sermones continuaron en la dominicana San Marcos. Estas dificultades obedecían a unos Breves enviados por Alejandro VI en los que exigía el arresto del dominico así como anunciaba medidas contra la ciudad en caso de desobediencia.
La nueva Signoría elegida, aprovechando el miedo producido por las citadas amenazas papales, logró que no se le concediese permiso para predicar y por tanto debió abandonar el púlpito, después de su sermón de despedida el 18 de marzo. El día anterior el Papa había ordenado arrestar a los mercaderes florentinos presentes en Roma, confiscándoles sus bienes; estos apelaron a la Signoría para que interviniera contra el fraile. El posterior 8 de abril era atacado el Convento de San Marcos, que finalmente fue entregado por decisión de Savonarola.
El y sus dos compañeros fueron conducidos a las cárceles de la Signoría, haciéndoseles un Proceso civil y eclesiástico lleno de clamorosas irregularidades, que culminó con la condena a muerte «como herejes, cismáticos y por haber predicado cosas nuevas». Se prepararon a ella con una profunda piedad, asistidos por monjes benedictinos. Sus cenizas fueron tiradas al río Amo.
Pero aquel 23 de mayo la influencia savonaroliana no quedó definitivamente concluida. Su preocupación por recuperar la simplicidad cristiana de la Iglesia primitiva, se refugió en Conventos y creyentes no sólo de Italia sino de toda Europa. Y así en los dominicos de Castilla y de Valencia del siglo XVI continuó muy presente en su pretensión de una reforma fundamentalmente individual y espiritual.
Rehabilitación de Savonarola
En el siglo XX, se inició un movimiento de reconocimiento de los valores y virtudes de fray Jerónimo Savonarola, que podría llegar al reconocimiento oficial de la Iglesia. El proceso de canonización se incoaba en Florencia el 30 de mayo de 1997. Se han levantado monumentos a Savonarola en Ferrara, Bolonia (junto a la Basílica Patriarcal de Santo Domingo) y Florencia.
Escritos y obras
Como escritor, tiene diferentes aspectos: poeta, artista, apologista, etc. Extraordinario orador por el vigor del pensamiento, lo lógico del razonamiento y lo fogoso de la imaginación. Como filósofo sobresale por su originalidad y profundidad. Su doctrina, en el fondo, es irreprochable y sólo se le pueden señalar ciertos excesos de lenguaje que no son mayores que los de otros autores.
Así pues es bastante complicado emitir un juicio sobre Jerónimo Savonarola: ¿hereje o santo? Como mínimo hay que reconocerle excepcionales condiciones de inteligencia, una probidad moral extraordinaria, una enorme piedad y un ardiente y sincero amor a la Iglesia. Todo lo cual le hizo ser un austero moralista, un reformador de la Vida Religiosa, un orador apocalíptico, un predicador de la conversión y reforma de aquella república florentina e Iglesia de Roma.
Para saber más
Casi todas sus obras están siendo publicadas en la Edizione Nationale delle opere di Girolamo Savonarola (Roma 1955 y ss.)
A. HUERGA, Savonarola. Reformador y profeta (Madrid, BAC, 1978).
Numerosos ensayos y documentos sobre Savonarola y el movimiento savonaroliano están siendo publicados en la revista Memorie Domenicane, editada en Pistoia (Italia).