Dos circunstancias motivaron al P. Arintero a comprometerse en la fundación de la revista La Vida Sobrenatural. Por una parte la fundación de la revista de los dominicos franceses La Vie Spirituelle en octubre de 1919 (fundada por el P. Bernadot, O.P.). Durante el año 1920, el P. Garrigou, al mismo tiempo que solicitaba su colaboración para la revista francesa, le informaba de la difusión y acogida que iba teniendo la revista francesa (en junio de 1920 llegó a 3000 abonados).
Por otra parte, el apostolado místico del P. Arintero había encontrado una acogida muy favorable en Bilbao donde surgió un grupo de gente que eran asiduos oyentes de sus conferencias. Algunas personas de ese grupo, antes de la aparición de la revista francesa, le propusieron al P. Arintero comenzar una publicación a través de la cual pudiera difundir su doctrina espiritual.
Cuando apareció La Vie Spirituelle al grupo de Bilbao le pareció que esa revista se ajustaba a lo que ellos pretendían y pensaron, contando con el P. Arintero, que se podía publicar en España la traducción de la misma. Pero este proyecto fracasó porque perjudicaba económicamente a los promotores de la revista francesa.
Al fracasar el plan de traducción se planteó la posibilidad de crear una publicación totalmente española. Esta solución ya había sido pensada por un grupo de profesores de Salamanca, discípulos del P. Arintero. Pero este proyecto no satisfacía del todo al grupo promotor de Bilbao, que parecía desconfiar de la capacidad de aquellos para llevar a cabo semejante proyecto. Para dar vida a esta idea el grupo promotor de Bilbao creó la editorial Fides.
En el primer artículo de la revista titulado A nuestros lectores, el P. Arintero expone con claridad el programa: “estudiar a fondo y dar a conocer… los inefables misterios y portentosas maravillas de la vida de la gracia, de la vida sobrenatural”. La revista se presenta como un intento de divulgar las doctrinas místicas, lo que por otro lado era el gran empeño de todas las obras del P. Arintero. Comenzó siendo mensual y en 1937 pasó a ser bimensual. El objetivo del P. Arintero era netamente apostólico. Otra de las características que imprimió a la revista es su universalismo, es decir, no se trata de difundir las doctrinas espirituales de una única corriente o escuela de espiritualidad, sino que en ella todas tienen cabida.
Fray Manuel Ángel Martínez de Juan, OP