El beato Jordán de Sajonia fue el primer sucesor de Santo Domingo como Maestro de la Orden de Predicadores. Fue encargado de la provincia de Lombardía y su predicación atrajo a muchos jóvenes universitarios que se disponían al proyecto del estudio y la predicación itinerante. San Alberto Magno, por ejemplo, fue uno de ellos. Escribió acerca de los orígenes de la Orden y del perfil espiritual de santo Domingo.
Síntesis biográfica
Jordán nació en Burgberg, Alemania entre los años 1175 y 1185. Comenzó sus estudios en la Universidad de París aproximadamente hacia 1209-1210. En 1220 ya era maestro en artes y bachiller en teología. En sus escritos, afirma que trató a Santo Domingo antes de entrar en la Orden, y según escribió en su testimonio, asistió a algunas de sus conferencias espirituales, seguramente dirigidas a clérigos y universitarios en lengua latina. Pronto se convenció de que la nueva Orden coincidía en todo con el camino de renovación cristiana que él mismo había ideado en sus frecuentes reflexiones. Fue así, que ingresó a la Orden en el convento de Saint-Jacques de París, el Miércoles de Ceniza de 1220.
Al año siguiente, se llevó a cabo el capítulo general que tuvo lugar en Bolonia, bajo la presidencia de Santo Domingo. En esta ocasión, se organizó la Orden por provincias, quedando Jordán de Sajonia encargado de la provincia de Lombardía. A ella le dedicó todo el empeño, hasta mayo de 1222, cuando fue a París para participar en el tercer capítulo general. Fue elegido entonces como maestro de la Orden, siendo el primer sucesor de Santo Domingo, que había fallecido meses antes.
Sus predicaciones llegaban a muchos jóvenes universitarios
Desempeñó su oficio con muchas actividades y eficacia. Se denominaba a sí mismo «Peregrino de tan variados caminos». Hizo largos viajes y sus predicaciones llegaban a muchos jóvenes universitarios, a quienes dio el hábito dominicano. Entre los numerosos estudiantes que atrajo, estuvo San Alberto Magno. También realizó escritos de gran valor, entre los cuales, cabe destacar el primer relato de los comienzos de la Orden. Le llamó a su obra “Orígenes de la Orden de Predicadores”, y con ella contribuyó a transmitir datos biográficos, líneas esenciales y rasgos característicos de santo Domingo. Compuso también una plegaria a Santo Domingo, ampliamente recitada en la Orden a través de la historia. El contenido de esta oración, a la verdad, refleja un profundo conocimiento del santo y una devoción verdaderamente filial.
Falleció en un naufragio el 13 de febrero de 1237 frente a las costas de Siria. Jordán volvía hacia Nápoles de un viaje a las comunidades de Tierra Santa. Su cuerpo fue arrojado por las olas a la playa, y recibió sepultura en el convento de San Juan de Acre. El culto que se le venía tributando desde antiguo, fue confirmado por el Papa León XII, el 10 de mayo de 1826.
¿Qué nos puede decir hoy?
El Beato Jordán fue una figura que atrajo a muchos jóvenes universitarios, y es ejemplo de irradiar la pasión por la predicación, la generosidad de la entrega y el amor que cautiva. Fue un predicador itinerante que se preocupó por las necesidades de las comunidades y de los más jóvenes, para que aprendieran de los orígenes de la Orden y el ideal que se debe seguir. El beato Jordán, con su vida y obras, nos sigue dando un modelo de seguimiento al estilo de Santo Domingo.
Gómez, V., «Beato Jordán de Sajonia» en Martínez Puche, J. A. (dir.), El año dominicano. 800 años de santidad en la Orden de Predicadores: santos, beatos, venerables y siervos de Dios, EDIBESA, [Madrid 2016], 184-189.
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