San Luis Bertrán (1526 - 1581) fue un dominico valenciano misionero y predicador popular y reconocido como patrón de Colombia. Debido a su formación y buena cualidades fue un gran formador de religiosos preparándoles tanto intelectualmente como espiritualmente, además de referente de toda una escuela de espiritualidad.
Orígenes en Valencia
San Luis Bertrán nace el 1 de enero de 1526 en Valencia. Sus padres, Luis y Juana, eran nobles y piadosos. Tenia 16 años cuando abandona su hogar y peregrina al sepulcro del Apóstol en Santiago de Compostela. A su regreso intenta ingresar en el Noviciado de los Dominicos de su ciudad natal pero, debido a la negativa de sus padres, se le demora el ingreso. Decidido en su propósito asiste, de incógnito, a las reuniones conventuales para escuchar las pláticas del Superior.
Con 18 años, el 22 de agosto de 1544, recibe el hábito dominicano. Es tan llamativa su entrega y generosidad por vivir el ideal de Santo Domingo de Guzmán que pronto destaca por sus penitencias y austeridades, por el recogimiento en sus dilatadas horas ante el Santísimo Sacramento de la Eucaristía y por la transparencia de su vida.
Tres años más tarde, en 1547, es ordenado sacerdote y destinado al recién fundado Convento de Santa Cruz de LLonbay. En 1.549 muere su padre y es destinado a Valencia y nombrado Maestro de Novicios y de Estudiantes porque todos consideraban a Luis Bertrán como la encarnación viviente del ideal dominicano. Valencia es presa de una peste maligna, los religiosos son repartidos y el P. Luis marcha al Convento de Santa Ana en Albaida.
Espíritu misionero
Santo Domingo de Guzmán es el ideal de vida para el P. Luis Bertrán. El espíritu misionero se impone en su vida y comienza una nueva etapa y una nueva aventura. Tiene 36 años. El 14 de febrero de 1562 parte rumbo al Nueva Granada, la actual Colombia. A lo largo de 7 años es un misionero infatigable que cautiva con el ejemplo de su vida: en más de una ocasión, con peligros y pese a su quebradiza salud, su entrega, penalidades y tribulaciones.
Su campo de misión hay que situarlo en tierra adentro, más allá de Cartagena de Indias, en el área montañosa de Santa Marta y, más en concreto, en torno a Tubará. Su vida ejemplar y su fidelidad al Evangelio chocan con la ambición y con los abusos de los encomenderos cuya vida era ganar y ganar pasando por encima de las personas y de sus elementales derechos.
Es elegido Prior del Convento de Santa Cruz de Bogotá. Después de consultar con su hermano de Orden y gran figura de la evangelización de América, Fray Bartolomé de las Casas, regresa a España en 1.569.
Al año siguiente es elegido Prior del Convento de San Onofre de Museros. Al terminar su trienio, los superiores le vuelven a encargar la formación del Noviciado. Permanece al frente hasta el 15 de mayo de 1.575 en que es elegido Prior del Convento de Valencia. Concluido el período, una vez más, los superiores vuelven a nombrarle Maestro de Novicios.
San Luis Bertrán alcanza fama de santidad y de hombre de Dios en todas las clases sociales. Mantuvo correspondencia con Santa Teresa de Jesús y con San Juan de Ribera, Arzobispo de Valencia. Después de larga y penosa enfermedad muere en su ciudad natal el 9 de octubre de 1581. Tenia 55 años de edad.
Fue beatificado por Pablo V el 19 de julio de 1608 y 63 años más tarde, el 12 de abril de 1671 es canonizado por el Papa Clemente X.
Semblanza espiritual
San Luis Bertrán fue un excepcional Maestro de Novicios y Formador de Religiosos. Misionero y predicador popular abnegado. Hombre de profunda cultura eclesiástica y creador de toda una Escuela de Espiritualidad.
Religioso recio, austero y gran penitente. Tenía una fuerte llamada a la contemplación.
Encarnó profundamente el ideal dominicano de alta contemplación. Abnegado misionero, profesó gran dedicación al estudio.
Hombre en apariencia serio, poseía un gran corazón cargado de cercanía y de dulzura. El Papa Alejandro VlIl lo nombró en 1690 Patrono principal de Colombia.
Escritos de Luis Bertrán
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